El documento fue suscrito por jefes militares de los tres países en la región de Liptako-Gourma, donde confluyen las fronteras comunes en la región del Sahel.
Al referirse al acuerdo, el ministro de Defensa de Mali, Abdoulaye Diop, manifestó que esta asociación será una combinación de esfuerzos militares y económicos entre la triada de Estados africanos.
Explicó además, que en virtud del pacto, los países miembros de la alianza se ayudarán mutuamente en caso de un ataque armado contra cualquiera de los territorios involucrados en el convenio.
Una de las cláusulas del texto establece, en ese sentido, que “cualquier ataque a la soberanía y a la integridad territorial de una o más partes firmantes será considerada como una agresión contra las otras partes”.
Ello –precisa- dará lugar a un deber de asistencia, incluido el uso de la fuerza armada para establecer y garantizar la seguridad.
Tal pacto a tres bandas se concreta cuando naciones sahelianas como Mali, Burkina Faso y Níger sufren la expansión en sus territorios de grupos extremistas islamitas, considerados terroristas, como el Estado Islámico.
Esa denominada Alianza de Estados del Sahel tiene lugar además, luego de que la Comunidad de Estados de África Occidental amenazó con realizar una intervención castrense en Níger tras un reciente golpe de Estado militar que depuso en ese país al presidente Mohamed Bazoum.
Por otro lado, las gobernantes juntas militares de Bamako y Ouagadougou expulsaron a las fuerzas militares francesas de sus territorios, en tanto su homóloga nigerina también renunció a varios acuerdos de cooperación castrense con París, antigua potencia colonial.
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