Mediante resolución en el Diario de Centro América, la cartera argumentó que estos constituyen una manifestación cultural ancestral arraigada en la diversidad de regiones del territorio, que promueve el sentido de pertenencia local y fortalece la identidad de los nacionales.
El organismo otorgó igual condición a los saberes, conocimientos y prácticas vinculadas con los recados tradicionales (salsas que acompañan varios platillos), cuyas técnicas mezclan una amplia variedad de elementos naturales y artesanales.
Otra elaboración incluida también como Patrimonio es la de los tamales, “que trascienden lo cotidiano y constituyen una parte de la identidad cultural, la cohesión social y el sentido de pertenencia”, resaltó en la norma.
Los dulces, postres tradicionales y comida del pueblo maya fueron sumados para que el Departamento de Registro de Bienes Culturales y Coloniales de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Natural realice la inscripción correspondiente.
Las canillitas de leche, bolitas de tamarindo, mazapán, los colochos de guayaba, el Kaq ik (plato típico), las tortillas, el pepián, entre otros, distinguen a este país centroamericano.
El rico Patrimonio de Guatemala está conformado por los más preciados legados a lo largo de la historia, elementos (materiales e inmateriales) que reflejan la herencia de las generaciones pasadas.
En el listado aparecen la Huelga de Dolores de la Universidad de San Carlos, las Cofradías Indígenas y la representación escénica-dramática del Rabinal Achí.
El desfile de Los Fieros, la Oralidad del Valle Medio del Motagua, la elaboración del chocolate en Mixco, de mantequilla de costal y la Semana Santa enriquecen el legado nacional salvaguardado.
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