Datos oficiales de la Dirección Nacional de Investigación de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased) de esa institución detallaron que en lo que va de año fueron asesinados 38 niños y 193 adolescentes.
Según el órgano policial 48,92 por ciento de estas muertes ocurrieron en la denominada Zona 8, compuesta por las ciudades de Guayaquil, Samborondón y Durán, en la provincia de Guayas.
El Observatorio Ecuatoriano del Crimen Organizado explicó que, en el primer semestre de 2019, fallecieron 41 personas de 15 a 19 años de edad, mientras que en los primeros seis meses de 2023 hubo 246 homicidios intencionales a jóvenes de ese grupo etario, el sexto más afectado por este crimen en el país.
De acuerdo con ese observatorio, el reclutamiento por parte de organizaciones delictivas a jóvenes de estas edades incide en esta problemática, especialmente en las ciudades de Guayaquil, Esmeraldas y Quevedo.
Analistas consideran que los elevados índices de violencia y pobreza que enfrenta hoy Ecuador constituyen las causas principales del vínculo de los menores con los grupos criminales que operan en el país andino.
Recientemente, la Policía Nacional alertó que al menos mil 326 menores, entre 12 y 17 años, abandonaron las aulas en el país andino para unirse a bandas delictivas.
De acuerdo con un informe policial, los adolescentes estuvieron relacionados con delitos como tenencia ilegal de armas, sicariato, microtráfico, robo a personas y otros asociados al crimen organizado. El documento reveló que los delincuentes captan a los estudiantes ofreciéndoles retribuciones económicas atractivas para su edad.
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