Según esas fuentes, el también máximo jefe del Ejército, quien pidió terminar el conflicto armado en este país desatado en abril último, demandó que previo a las negociaciones de paz las RSF se retiren de las áreas ocupadas en diversas ciudades.
En sus declaraciones públicas, el gobernante provisional rechazó, por otro lado, denuncias de las tropas rebeldes, encabezadas por el general Mohamed Hamdan Dagalo, de que el Ejército realizó de forma premeditada ataques armados contra la población civil.
Al-Burhan profirió esas palabras, luego de que recientemente el Ejecutivo sudanés trasladara su sede central de Jartum, la capital, donde existen enfrentamientos entre el Ejército y las RSF, hacia la ciudad de Puerto Sudán.
El 21 de este mes, Hamdan Dagalo expresó, por su parte, su voluntad de acogerse a un cese al fuego en este territorio, lo cual permitiría el libre flujo de ayuda humanitaria, el transitar seguro de civiles y socorristas, e iniciar el proceso de debates en busca de una resolución política global.
Tales pasos inmediatos –en su opinión- allanarían el camino para establecer un gobierno dirigido por civiles que conduzca al país hacia una transición democrática y una paz duradera.
De acuerdo con datos de Naciones Unidas, el conflicto armado en Sudán desde mediados de abril hasta la fecha dejó saldo de más de cinco mil muertos, cientos de heridos y unos cinco millones de pobladores desplazados.
Las trifulcas se desataron entre el Ejército y las RSF, luego de desencuentros entre los líderes de ambos entes por ambiciones de poder y la negativa del cuerpo paramilitar de integrarse a las fuerzas castrenses.
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