Al intervenir este lunes en la apertura del 60 Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el directivo subrayó que la creciente carga de enfermedades no transmisibles, incluidas los problemas de salud mental, y los efectos del cambio climático también suponen una grave amenaza para la salud y el bienestar en la región.
A pesar de estos retos, «con demasiada frecuencia las organizaciones y las conversaciones a nivel global restan prioridad a América Latina y el Caribe», resaltó.
Destacó su compromiso de abogar por la región y fortalecer la presencia de la OPS en los países «donde se desarrolla el núcleo de nuestro trabajo y donde están las necesidades más acuciantes».
Al presentar el informe anual del organismo, cuyo tema es “Hacia una recuperación pospandémica sostenible para la Región de las Américas”, destacó el apoyo de la OPS a los esfuerzos de los países para aumentar la vacunación contra la Covid-19 y reducir las brechas de inmunización con un enfoque integral.
Según estimaciones, más de dos mil 130 millones de dosis fueron administradas en las Américas y el 70,7 por ciento de los habitantes de la región completó el esquema de vacunación.
El reporte resalta iniciativas prioritarias de la OPS durante el periodo abarcado, como la salud mental en la zona, el fortalecimiento de los recursos humanos y de la vigilancia genómica regional, la prevención de enfermedades no transmisibles y lucha contra los factores de riesgo en la población adolescente, entre otros.
Barbosa hizo hincapié en que la pandemia puso de manifiesto las constantes desigualdades en el área.
“Debemos defender con claridad y firmeza la inversión sostenida en la salud. De esta forma nos aseguraremos de que la fuerza impulsora de la pandemia se utilice con el máximo efecto, para proteger a la población de la región de futuras enfermedades y sufrimientos”, indicó.
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