El ministro de Comercio e Industria Ricardin Saint-Jean expresó el deseo y el compromiso del Gobierno de común acuerdo con el sector privado de encontrar mecanismos capaces de absorber a muy corto plazo las consecuencias de esta crisis, así como reflexionar sobre la adopción de medidas capaces de aportar soluciones sostenibles para poner al país en el camino real hacia la autosuficiencia alimentaria a largo plazo.
Las distintas Cámaras acordaron crear un grupo de trabajo con miras a explorar con mayor profundidad las cuestiones relacionadas y apoyar al Estado en la formulación e implementación de estrategias que respondan a las necesidades urgentes.
Para ello programaron un nuevo encuentro el jueves 5 de octubre donde estarán presentes los principales importadores de Haití.
Tras la reanudación de la construcción de un canal de riego en el río Masacre que comparten Haití y República Dominicana, Santo Domingo anunció de forma unilateral el cierre fronterizo, la prohibición del comercio por aire, mar y tierra, así como la suspensión de visados a ciudadanos haitianos y la transportación binacional.
La medida ha tenido un grave impacto en los alimentos y otros materiales e insumos que importa Puerto Príncipe desde el país vecino.
A pesar de la aguda crisis que podría sobrevenir, expertos señalan que el cierre puede ser una oportunidad para que Haití revise la desigual relación comercial entre los dos países.
De acuerdo con el diario Le Nouvelliste, las aduanas haitianas recolectaron menos del cuatro por ciento de su recaudación total en las oficinas fronterizas de Malpasse, Ouanaminthe, Belladère, Thomassique y Anse-à-Pitres, los únicos cuatro puntos fronterizos oficiales.
Ello pese a los miles de millones de dólares en alimentos, insumos y mercancías que atraviesan el limítrofe.
A mediados de este mes el economista Enomy Germain afirmó que República Dominicana pierde una media de tres millones de dólares con el cierre, 10 veces más que Haití.
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