Según la PCBS, en las zonas rurales de los territorios ocupados la situación es peor que en las ciudades.
Detalló que solo 59 por ciento de las familias palestinas viven en hogares conectados a una red de alcantarillado, 28 por ciento a pozos negros y 12 por ciento a fosas cerradas para eliminar las aguas residuales.
La Autoridad del Agua palestina denunció recientemente que la crisis en varias ciudades y pueblos cisjordanos es resultado de las políticas discriminatorias de Israel, que controla más del 85 por ciento de los recursos hídricos en la zona.
Esta es la razón principal del gran déficit en la mayoría de las gobernaciones, una situación que se agrava cada año, alertó el organismo.
En la Franja de Gaza la situación es peor pues las autoridades estiman que más del 97 por ciento del líquido que se bombea desde la cuenca costera no cumple con los estándares de la Organización Mundial de la Salud.
Según diversos datos, el consumo de ese recurso por parte de los israelíes es seis veces superior al de los palestinos.
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