En este primer día de un proceso que continúa mañana y puede ser largo, el exmandatario (2017-2021), visiblemente molesto, utilizó los mismos argumentos sobre la interferencia electoral y la cacería de brujas que ha vociferado en las acusaciones por las que se declaró inocente y que lo llevarán a cuatro juicios penales en pleno apogeo electoral.
El juicio, que involucra a sus hijos mayores, sus empresas y ejecutivos de la Organización Trump, arrancó este lunes después de que un tribunal de apelaciones rechazara el intento del exgobernante de aplazarlo lo que supuso un revés para él.
La jornada dentro de la sala la marcó el testimonio de Donald Bender, excontador de Trump durante largo tiempo, quien volverá este martes a testificar.
También el juez Arthur Engoron rebatió los ataques de la abogada del exjefe de la Casa Blanca, Alina Habba, contra la fiscal general de Nueva York, la demócrata Letitia James.
Al abandonar la corte, Trump afirmó que la apertura del juicio civil en su contra lo «sacó de la campaña electoral» y volvió a referirse a que “esto fue por política».
Según el republicano él ha sido «muy exitoso» y dijo que es posible que mañana regrese a a la corte «pero me encantaría no hacerlo. Me encantaría hacer campaña en lugar de hacer esto”.
Previamente atacó a James y aseguró «esto es lo que tenemos. Es una estafa y una farsa».
La acusación, presentada en septiembre de 2021 por magistrada, señala al exmandatario de participar por años en un fraude financiero para la obtención de beneficios económicos.
Con la ayuda de sus hijos Donald Trump, Jr., Ivanka y Eric, y de altos ejecutivos de la Organización Trump, el expresidente infló de forma fraudulenta su patrimonio neto en miles de millones de dólares, subrayó la demanda.
El martes pasado, el juez Engoron declaró a los acusados responsables de todo lo que se les acusa y despojó a los demandados de sus licencias comerciales.
Un eventual fallo en su contra, podría provocar que Trump -que entrenta además 91 cargos combinados entre estatales y federales- pierda el control de algunas de sus propiedades más emblemáticas en Nueva York como la torre que lleva su nombre.
La fiscal James advirtió en una breve declaración en la mañana de este lunes que su es sencillo: «no importa lo poderoso que seas, no importa cuánto dinero creas que puedes tener, nadie está por encima de la ley».
Antes del esperado juicio en Manhattan la fiscal dejó claro que «la ley es a la vez poderosa y frágil, y hoy en el tribunal probaremos nuestro caso».
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