La cifra de infantes fallecidos igualó ya a la del periodo anual anterior, superó a los 39 de 2021 y se acerca a los 50 de 2020, mientras se investigan 85 decesos más que podrían estar relacionados, de acuerdo con información oficial.
Los casos registrados en total por el Sistema de Información, Monitoreo y Alerta de la Inseguridad Alimentaria y Nutricional hasta el 19 de septiembre evidencian un alza contra las cifras de 2022 (13 mil 299) y 2021 (16 mil 583).
Los mayores repuntes de desnutrición aguda de cero a cinco años sobresalen en las direcciones departamentales de salud de Alta Verapaz (dos mil 100), Escuintla (dos mil 95), Guatemala Sur (mil 411), Guatemala Noroccidente (mil 32) y San Marcos (mil 361).
Después siguen Chimaltenango (610), Sacatepéquez (717), Zacapa (489), Retalhuleu (668), Chiquimula (839) e Izabal (790), con el resto de los 22 departamentos también impactados.
El diputado y coordinador del Frente Parlamentario Contra el Hambre, Jairo Flores, calificó de rotundo fracaso la estrategia gubernamental existente conocida como la Gran Cruzada Nacional por la Nutrición, con un presupuesto de 10 mil millones de quetzales (casi mil 300 millones de dólares).
A juicio del legislador, el incremento en casos de desnutrición infantil se debe en parte al uso electoral que le dio el actual ejecutivo a la ayuda alimentaria que debía ser entregada a familias que se encuentran en riesgo.
De los 17,3 millones de habitantes de la tierra del quetzal casi el 60 por ciento vive bajo el umbral de la pobreza y sobre el 20 por ciento intenta sobrevivir en condiciones de pobreza extrema, coinciden diferentes análisis.
El número de personas que se enfrentan a la inseguridad alimentaria grave y requieren ayuda urgente subió por cuarto año consecutivo el pasado año, según el Informe Mundial sobre las Crisis Alimentarias.
El fenómeno del hambre se agravó en todos los rincones debido a conflictos, cambio climático, los efectos de la Covid-19, entre otras, amplió ese texto.
rgh/znc