El máximo responsable de la ONU está profundamente preocupado por los informes de bombardeos de represalia en múltiples lugares del noroeste de Siria y los otros documentos emergentes sobre víctimas, dijo su portavoz, Stéphane Dujarric.
Guterres consideró esencial un alto el fuego a nivel nacional para un proceso político significativo destinado a implementar la resolución adoptado en 2015 al respecto.
Al mismo tiempo, instó a todas las partes a respetar sus obligaciones en virtud del derecho internacional y recordó que la población y las infraestructuras civiles deben ser protegidos en todo momento de conformidad con el derecho internacional humanitario.
El bombardeo en la ceremonia de graduación dejó al menos 10 cadetes muertos como resultado de un ataque con vehículos aéreos no tripulados contra la academia militar en la provincia de Homs, a unos 200 kilómetros al norte de Damasco.
Al evento habían asistidos altos oficiales del Ejército y las Fuerzas Armadas de Siria, de acuerdo con los reportes de medios de prensa.
Otras 30 participantes resultaron heridos entre los militares graduados y varios de sus familiares.
Esta agresión ocurrió mientras las agrupaciones irregulares desplegadas en la provincia septentrional de Idlib aumentaron sus acciones armadas particularmente con drones, contra el Ejército sirio y comunidades, lo que cobró la vida de varios civiles
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