Mediante una declaración, la fuerza enfatizó que los lugares de Radar, Zabdin y Ruwaisat Al-Alam fueron alcanzados con una gran cantidad de proyectiles de artillería y misiles guiados.
Hizbulah confirmó que la acción ocurrió en el camino hacia la liberación de la tierra libanesa ocupada y en solidaridad con la resistencia y el pueblo palestino.
Los grupos del comandante mártir Hajj Imad Mughniyeh llevaron a cabo la operación en el área de las granjas ocupadas.
En este contexto, la radio del Ejército israelí notificó los disparos de proyectiles de artillería desde Líbano hacia sus posiciones en Shebaa y el monte Hermón.
Al mismo tiempo, dirigentes israelíes en la región norte emitieron instrucciones para cerrar todos los centros turísticos cerca de la frontera con Líbano y solicitaron a los colonos ingresar a las áreas fortificadas.
De acuerdo con el corresponsal del canal local Al Manar, Ali Shoeib, la calma reina en el frente de las granjas de Shebaa y en las colinas de Kafr Shuba.
El ataque de Hizbulah sucedió en el contexto de la Operación Diluvio de Al-Aqsa, una respuesta de la resistencia palestina contra los desmanes de la ocupación israelí en la sagrada mezquita.
Líbano reclamó en diversas ocasiones a Naciones Unidas las tierras de las granjas de Shebaa, las colinas de Kfar Shuba y las afueras de la ciudad de Mari, que incluye parte de la expansión urbana de la ciudad de Ghajar; así como 13 regiones en la Línea Azul.
Igualmente, pidió quitar la valla que el Ejército sionista colocó en la colina de Ras al-Naqoura y las del muro construido en la entrada norte del túnel ferroviario en la misma zona entre Líbano y Palestina.
Los dos países están en situación de guerra desde el establecimiento del Estado de Israel y a lo largo de estos años muchos crímenes y agresiones perduran en la memoria del pueblo de Líbano ante las ambiciones de Tel Aviv por apoderarse del agua del río Litani y la riqueza petrolera y gasífera.
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