La iniciativa por parte de la organización H.I.J.O.S (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) busca retomar los espacios públicos y las calles para alertar que aún les faltan 45 mil y los seguirán buscando, explicó a Prensa Latina una de sus activistas.
Ni olvido, ni perdón, es la máxima que sirve de guía al diseño de una espiral con mil víctimas de la represión, en la cual se enlazan 600 fotografías junto a una breve reseña de vida.
‘Mi nombre es Mario Arturo De León Méndez, soy estudiante de la Facultad de Agronomía y fui secuestrado la noche del 24 de agosto de 1989. Ese día por la tarde había dado una conferencia de prensa en la sede de la AEU y mi vehículo fue interceptado cuando iba a mi casa a ver a mi hija de escasos días de nacida’, se lee en una de las tantas hojas pegadas en el suelo de la Plaza.
En otra: ‘fui secuestrado, torturado, sigo desaparecido. No tuve juicio, no tuve abogado. Mis familiares me siguen buscando ¿Hasta cuándo?’.
Unos pasos más adelante, siguiendo el hilo conductor, otra historia conmueve.
‘Soy Victor Rodríguez, estudiante de la Escuela de Ciencias Políticas, el 23 de agosto de 1989 fui secuestrado junto a mi esposa Silvia Maria Azurdia por 12 hombres que frente a la policía nos llevaron impunemente’.
Otros rostros, algunos reconstruidos digitalmente, recuerdan a Noemí Eunice Peláez, Felipe Coy, Feliciana Brito, Carlos Fernando Argueta, Joaquin Uscap, Catarina Torres o Luciana Iboy, entre los 45 mil guatemaltecos aún desaparecidos.
Para H.I.J.O.S es clave que la población conozca que no se cansarán de seguir buscándolos y exigir justicia, porque son hijos de la misma historia y la memoria es importante.
El homenaje frente al Palacio de la Cultura, sede de las actividades del Ejecutivo, envía un recordatorio a la sociedad y al Gobierno con motivo del 21 de junio, Día Nacional Contra la Desaparición Forzada.
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