La violencia más reciente no surge en el vacío; sino de un conflicto de larga data, con una ocupación de 56 años y «sin un final político a la vista», remarcó el máximo responsable de la ONU en una declaración ante la prensa reunida aquí.
Guterres insistió en la búsqueda de una paz negociada que satisfaga las aspiraciones nacionales legítimas tanto de palestinos como de israelíes.
Esto se ajusta con la visión de larga data para la conformación de dos Estados, en consonancia con las resoluciones de las Naciones Unidas, el derecho internacional y los acuerdos previos.
Además, agregó, puede brindar estabilidad a largo plazo a los pueblos de esa tierra y de toda la región del Oriente Medio.
«Israel debe ver materializadas sus necesidades legítimas de seguridad, y los palestinos deben ver realizada una perspectiva clara para el establecimiento de su propio Estado», enfatizó el alto representante.
El titular del organismo consideró injustificables los ataques contra civiles luego de que Hamás abriera fuego contra asentamientos y otros objetivos al otro lado de la Franja de Gaza.
«Reconozco los legítimos agravios del pueblo palestino. Pero nada puede justificar estos actos de terror y las matanzas, mutilaciones y secuestros de civiles», señaló.
En ese sentido, reiteró su llamado al cese de los ataques y la liberacion de todos los rehenes.
Al mismo tiempo, Guterres dijo estar consternado por el anuncio del asedio completo de Israel a la Franja de Gaza para impedir la entrada de insumos básicos como alimentos o combustible.
La situación humanitaria en el área era extremadamente grave antes de estas hostilidades; ahora sólo se deteriorará exponencialmente, advirtió.
Debe facilitarse el socorro y la entrada de suministros esenciales y la ONU seguirá esforzándose por proporcionar ayuda ante estas necesidades, insistió al respecto.
El secretario general instó a permitir el acceso de la ONU para entregar asistencia humanitaria urgente a los civiles palestinos atrapados e indefensos en la zona.
«Incluso en estos peores tiempos –quizás especialmente en los momentos más difíciles– es vital mirar hacia el horizonte a largo plazo y evitar acciones irreversibles que envalentonarían a los extremistas y condenarían cualquier perspectiva de una paz duradera», remarcó.
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