El fracking o fractura hidráulica se lleva a cabo en Estados Unidos y otros países con el fin de extraer del subsuelo recursos como petróleo y gas de una manera no convencional.
Dicha técnica se realiza inyectando agua con arena y algunos productos químicos y, para ello, es necesario ejercer una gran cantidad de presión para extraer dichos recursos, lo cual provoca fracturas y daños de gran magnitud en las distintas capas de los suelos.
Este método se realiza desde hace algún tiempo, provocando de manera paulatina graves consecuencias ambientales y sociales como la producción de altos niveles de contaminación de las aguas, tanto las superficiales como las subterráneas.
También, durante el proceso de fracturación de los suelos es necesario el uso de grandes cantidades de agua dulce, que son necesarias para el consumo humano.
En general, resulta una práctica altamente peligrosa, que empeora el cambio climático, debido a las altas emisiones de gas metano, a la vez que pone en riesgo la producción agrícola y la ganadería.
Asimismo, provoca alteraciones en la manera de vivir de las personas que habitan esas zonas, quienes se ven obligados a desplazarse a otros lugares que le garanticen mayor una seguridad económica y social.
En la actualidad, muchos países están seriamente afectados por la puesta en marcha de la fracturación hidráulica, que trae graves consecuencias al medio ambiente y a la vida de los seres humanos.
Son muchos los grupos y organizaciones defensoras de los recursos naturales y de los ecosistemas que oponen resistencia y total rechazo a esta práctica.
Este tipo de explotación causa estragos en Estados Unidos pues esa nación lleva más de una década extrayendo petróleo y gas con la implementación de este método muy peligroso, pues daña los suelos y a la larga causa grandes desastres como el terremoto ocurrido en Oklahoma en 2011.
Cada vez son más los organismos, movimientos y organizaciones ecológistas que se suman a la lucha contra el fracking para evitar que continúe aumentado de manera descontrolada por todo el mundo y que los gobiernos apuesten, en su lugar, por energías limpias y sostenibles.
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