Cifras oficiales de la Policía Nacional mostraron recientemente que esta nación sudamericana se encamina a cerrar 2023 con más de siete mil muertes violentas, lo que acarrearía una tasa de 43 homicidios por cada 100 mil habitantes. Para los analistas, esta es una tasa sin precedentes en el país.
De acuerdo con el mandatario saliente, Guillermo Lasso, la violencia está asociada, principalmente, a la guerra de bandas narcodelictivas.
En los últimos años la violencia se ha trasladado a los centros penitenciarios del país, cuya crisis se agravó en 2021, con al menos 14 masacres, que dejaron 549 presos asesinados.
Los hechos violentos al interior de las cárceles se han trasladado a las calles, en especial en la zona de la costa, desde cuyos puertos salen los narcóticos hacia Estados Unidos y Europa.
Desde los centros de detención, pandillas como Los Chone Killers, Los Choneros, Los Lobos y Los Tiguerones, dominan el tráfico de drogas en Ecuador, mientras los agentes del orden público aseguran haber decomisado más de 200 toneladas de narcóticos en 2022.
Como solución, el próximo jefe de Estado ha ofrecido como parte de sus promesas de campaña, alquilar cárceles-barcaza con capacidad para 400 reos a un costo anual de ocho millones de dólares, a las que enviaría a los presos más peligrosos del país.
También pretende combatir a la delincuencia con inversión en tecnología a través del Plan Fénix, que implica instalar una central de inteligencia para prevenir delitos, responder emergencias y garantizar la seguridad en los barrios, azotados por extorsionadores que frenan el desarrollo comercial.
Asimismo, Noboa planteó renovar la logística policial, con uniformes antibalas, patrullas blindadas, drones de vigilancia con reconocimiento facial y un sistema de rastreo satelital.
Además, ofreció militarizar fronteras y puertos marítimos. A la par, quiere contratar más personal para el sistema judicial y equiparlo con tecnología para prevenir delitos cibernéticos.
Con sus aires juveniles, Noboa busca hoy conquistar a los ciudadanos con propuestas de aparente cambio, aunque expertos y políticos creen que es más de lo mismo.
El sociólogo y docente Miguel Ruiz, de la Universidad Central del Ecuador, coincide en que si bien él se pretende presentar como algo nuevo, en la práctica forma parte del “viejo proyecto neoliberal oligárquico”.
A sus 35 años, el empresario llegará al Palacio de Carondelet para cumplir el sueño de su padre, Álvaro Noboa, una de las personas más ricas del país debido a su emporio bananero, que en cinco ocasiones se postuló para la presidencia sin éxito.
Noboa, recibe un país sumido en la peor crisis de seguridad de la historia y con problemas en su economía, lo cual será difícil de solucionar en apenas un año y medio de mandato.
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