En medio de las presiones para lograr una distribución equitativa de los inyectables, la Casa Blanca informó hace dos semanas que mandaría 25 millones de dosis a otras naciones y este lunes hizo el anuncio de la exportación de otros 55 millones de bulbos.
De esa última cantidad, 41 millones serán distribuidos a través de Covax, iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para garantizar el acceso a los fármacos a todas las naciones, incluidas las menos desarrolladas.
Sin embargo, la portavoz del ejecutivo, Jen Psaki, reconoció que no serán enviados como habían previsto antes de finalizar este mes y alegó dificultades logísticas, regulatorias y otros problemas.
Entre esos retos, dijo Psaki, está el de compartir la información sobre seguridad y reglamentación, garantizar el transporte, asegurar el almacenamiento y la preparación adecuados, así como cuestiones aduaneras y hasta lingüísticas.
Hasta ahora despacharon menos de 10 millones, entre ellas 2,5 millones a Taiwán este fin de semana y días antes embarcaron cantidades menores a México, Canadá y Corea del Sur.
Las vacunas a distribuir serán las de las farmacéuticas Moderna, Pfizer-Biontech y Johnson & Johnson.
Precisamente, uno de los escollos es que el gobierno proyectó donar cierta cantidad de dosis producidas en laboratorios de Astrazeneca, pero esa fórmula aún está sin la aprobación de las autoridades sanitarias estadounidenses, precisó un reporte de la cadena CNN.
La OMS sostiene que Estados Unidos y otras naciones de ingresos altos acaparan casi el 90 por ciento del suministro de los fármacos contra el coronavirus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19.
Inicialmente, Washington se mostró reacio a enviar inmunizantes al extranjero, pero hace unas semanas el coordinador de respuesta a la pandemia de la Casa Blanca, Jeff Zients, afirmó que ya aseguraron cantidades suficientes para todos los estadounidenses.
Detrás de la decisión de exportar los antídotos está la intención del gobierno del presidente Joe Biden de contrarrestar la influencia mundial de Rusia y China, que también distribuyen sus propias vacunas en aras de contener la pandemia de la Covid-19, consideró CNN.
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