Enclavado en el corazón donde acontecieron los hechos en la Valonia belga, a unos 20 kilómetros de Bruselas, el bien concebido centro cuenta con diferentes áreas como el vivac, el puente aéreo de 1815, la granja Hougoumont —donde se libraron feroces combates—, entre otros.
En la sala de video, con técnica 4D, se muestra de manera interactiva episodios de la cruenta contienda en la que participaron unos 200 mil soldados, la mayoría bajo el mando de Napoleón, quienes se enfrentaron durante 96 horas. Más de 68 mil perecieron en la lucha.
Si bien los salones conmemorativos son asombrosos, la Colina del León impresiona. Es un cerro cónico artificial de gran tamaño, cuya construcción ordenó el rey Guillermo I de los Países Bajos en 1820 (terminada en 1826) en honor a su hijo, quien fue herido en Waterloo.
La batalla duró cuatro días, pero el decisivo fue el 18 de junio de 1815, jornada del desenlace final en el enfrentamiento entre las tropas de la 7ma Coalición que integraron efectivos británicos, holandeses y alemanes comandadas por el victorioso duque de Wellington, a quien se le unió a última hora el ejército prusiano del príncipe Gebhard von Blücher.
Los restos de los que combatieron en esas cuatro intensas jornadas permanecieron sobre el terreno, cubiertos por capas de tierra y de tiempo.
La derrota de Bonaparte acabó con la guerra de 23 años entre Francia y los Estados aliados europeos, y puso fin al imperio napoleónico.
Algunos historiadores opinan que el factor decisivo que inclinó la balanza a favor del duque y sus aliados fue la inesperada llegada de las tropas de Von Blücher, que supuestamente iban retrasadas a causa de la lluvia.
Napoleón y sus generales no contaban con que arribaran y no habían preparado un plan para aquella eventualidad.
Sin embargo, otros coinciden en que la ingeniosa táctica de defensa y astucia guerrera de Wellington resultaron los elementos que condujeron al triunfo.
El estratega inglés ordenó una presunta retirada ante el empuje de las tropas imperiales, pero se escondieron entre la maleza aprovechando la espesa neblina y cuando los franceses avanzaron fueron sorprendidos por un fuego cerrado.
(Tomado de Orbe)