Respaldadas por la organización no gubernamental GlobalGirl Media, las cineastas abogan por políticas inclusivas mediante películas y podcast, a partir de entrevistas a jóvenes locales o desde las experiencias personales.
Siria, Afganistán, Irán o Congo, figuran entre los países natales de estas mujeres, las cuales han logrado posicionar sus materiales en circuitos cinematográficos internacionales como el festival documental de Tesalónica a celebrarse en los próximos días y el foro sobre igualdad entre hombres y mujeres organizado para el 30 de junio por Naciones Unidas en París.
Entre las propuestas nacidas al calor de esta iniciativa destaca el cortometraje documental Pequeña madre, de la siria Ataa Brimo, quien cuenta la realidad de los matrimonios de menores, desde su historia personal al casarse a los 14 años con un hombre una década mayor y luego convertirse en mamá.
Destaca además la obra de la afgana Fatemeh Jafari, quien constató que el escenario griego no dista mucho de su pasado y lucha por la reivindicación de derechos como la posibilidad de ejercer el oficio deseado o trasladarse libremente.
Las hermanas iraníes Elie y Sude Fazlolah, pusieron en práctica lo aprendido con la entrevista a la campeona olímpica de vela Sofia Bekatorou, que marcó el inicio del movimiento #MeToo griego, al anuciar la agresión sexual sufrida por parte de un alto responsable de la Federación local de esa disciplina.
El proyecto constituye un manifiesto en contra de la violencia contra las mujeres y las bases de la sociedad patriarcal, en tanto demuestra la capacidad de reinventarse y dejar atrás situaciones de vulnerabilidad.
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