Durante ese lapso fueron destruidas 15 mil 100 viviendas y otras 10 mil 656 quedaron inhabitables, mientras, 139 mil sufrieron daños menores o moderados, alertó la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en su último informe sobre la situación en ese territorio.
OCHA indicó que barrios enteros fueron borrados, como los de Beit Hanoun, Beit Lahia y Shuja’iyeh, en el área entre la ciudad de Gaza y el campo de refugiados de Shati.
Desde el 7 de octubre, cuatro mil 385 palestinos murieron en ese enclave costero, incluidos más de mil 700 menores de edad y 967 mujeres, y otros 13 mil 561 resultaron heridos, apuntó.
Casi un centenar de familias palestinas perdieron diez o más de sus miembros y otras 95 de seis a nueve miembros, subrayó.
La entidad alertó que 1,4 millones de palestinos fueron desplazados de sus hogares por los bombardeos.
De esa cifra, 544 mil buscaron protección en los 148 refugios de emergencia designados por la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente, detalló.
El organismo advirtió que las autoridades de salud ya detectaron en la zona “casos de varicela, sarna y diarrea, atribuibles a las malas condiciones sanitarias y al consumo de agua de fuentes inseguras”.
La incidencia de esas enfermedades aumentará a menos que se proporcione electricidad o combustible a las instalaciones de agua y saneamiento para reanudar sus operaciones, expresó.
Sobre el tema, señaló que la Franja está desde el 11 de octubre sumida en la oscuridad por la decisión de Israel de interrumpir el suministro de electricidad y combustible.
“Los hospitales que aún están operativos están al borde del colapso por la escasez de electricidad, medicamentos, equipos y personal especializado”, afirmó.
Sin embargo, resaltó, el número de pacientes tratados o en espera de tratamiento está al 150 por ciento de su capacidad, dado el cierre de más del 60 por ciento de los centros de atención primaria.
Mientras, “el consumo promedio de agua de todas las fuentes y para todas las necesidades (incluidas la cocina y la higiene) se redujo a solo tres litros al día por persona”, lamentó.
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