Cohen es testigo clave en el caso de la Fiscal General de Nueva York, Letitia James, sobre acusación de que la compañía de Trump participó en décadas de fraude en busca de beneficios económicos.
El exabogado personal se encontró públicamente cara a cara con su exjefe por primera vez desde que la relación de ambos se rompió.
Cuando entró por primera vez a la sala del tribunal poco después del mediodía, Trump no le dedicó ni una mirada y mantuvo sus ojos sobre la pantalla de la computadora que tenía frente a él. Tampoco Cohen lo hizo.
Cohen testificó que él y el director financiero de la Organización Trump, Allen Weisselberg, recibieron órdenes de Trump de aumentar los activos totales del expresidente en función de un número que él “eligió arbitrariamente”.
En ese sentido relacionó varios activos que, según dijo, elevó a instancias de su entonces empleador, incluidos Trump Park Avenue, la Trump World Tower en United Nations Plaza, 100 Central Park South, Seven Springs y los concursos de Miss Universo.
Añadió que también «posiblemente» aumentó el valor de la icónica Torre Trump y el valor de «otros activos».
Solo había una persona que podía aceptar esas cantidades de activos actualizadas, afirmó Cohen al nombrar a su exjefe.
Trump y su equipo legal intentaron mostrarle al juez Arthur Engoron en las semanas previas a la comparecencia de que no se podía confiar en Cohen porque es un “mentiroso demostrado” y un “delincuente”.
Según el exmandatario (2017-2021) “este caso, por cualquier otro juez, habría terminado hace mucho tiempo», porque, como ha planteado en todos sus enredos leagales, no hizo nada malo.
El tan esperado testimonio de Cohen atrajo la atención de los periodistas a la Corte Suprema de Nueva York, así como además de muchos más miembros del público que al comienzo del amplio juicio por fraude.
Una vez que prometió que recibiría una bala por Trump, Cohen lo traicionó en medio de investigaciones sobre un acuerdo de dinero secreto realizado antes de las elecciones de 2016.
Ese pago es fundamental para la acusación penal de Trump en Nueva York, que es independiente del juicio por fraude civil.
Cohen se declaró culpable y fue sentenciado a tres años de prisión por su papel en el acuerdo, aunque obtuvo la libertad anticipada debido a la pandemia de la Covid-19.
Desde que se volvió contra Trump, Cohen -que comparecerá también mañana en el juicio- se ha convertido en uno de los críticos más acérrimos del expresidente.
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