Según la investigación publicada en la revista especializada Alzheimer’s & Dementia, las féminas que adoptaron en esa etapa de sus vidas enfoques dietéticos para detener la hipertensión presentaban una probabilidad un 17 por ciento menor a sufrir pérdida de memoria y otros signos de deterioro cognitivo décadas más tarde.
Los especialistas analizaron los datos de cinco mil 116 mujeres, centrándose específicamente en la dieta de las participantes, lo que se ejecutó mediante cuestionarios realizados de 1985 a 1991, dándoles seguimiento durante más de tres décadas (edad media de 79 años) y luego se les pidió que informaran de cualquier queja cognitiva.
Las quejas cognitivas autodeclaradas se evaluaron mediante seis preguntas estándar validadas que son indicativas de un posterior deterioro cognitivo leve, que desemboca en demencia.
De las seis quejas cognitivas registradas, el 33 por ciento de las mujeres declararon tener más de una.
En tanto, las que siguieron más de cerca la dieta cardiosaludable redujeron en un 17 por ciento las probabilidades de presentar múltiples trastornos cognitivos.
Los autores del estudio concluyeron que las quejas subjetivas sobre el rendimiento cognitivo diario son predictores tempranos de trastornos neurocognitivos más graves, como el Alzheimer.
Añadieron que los datos recogidos sugieren que es importante empezar una dieta sana en la mediana edad para prevenir el deterioro cognitivo en la vejez.
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