A esta conclusión arribaron investigadores de la Universidad de São Paulo, en Brasil, a partir de un estudio publicado en la revista Scientific Reports en el que fueron encuestados dos grupos de 96 mujeres y hombres obesos divididos entre buenos y malos dormidores, donde se validaron diversos aspectos de salud.
Descubrimos que los participantes que dormían mal mostraban una salud física y mental en peores condiciones, con menor vitalidad, más dolores musculares y con sus funciones físicas y mentales comprometidas, comentó Hamilton Roschel, coordinador de la investigación.
“Esas personas presentaban también un mayor porcentaje de grasa corporal, menor masa magra y menor fuerza muscular relativa, aparte de peores marcadores de depresión, ansiedad y calidad de vida”, detalló.
En opinión de los investigadores los resultados de este trabajo sirven como una advertencia acerca de la importancia de cuidar la salud del sueño de esos ancianos, con el fin de revertir o minimizar los impactos que la obesidad y el envejecimiento causan sobre diversos aspectos de su fisiología y su calidad de vida.
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