El descubrimiento, que muestra que una proteína motora llamada dineína impulsa el movimiento de las células cancerosas en modelos de tejidos blandos, ofrece nuevos objetivos clínicos contra la metástasis y tiene el potencial de cambiar fundamentalmente la forma en que se trata el cáncer, publicó la revista Advanced Science.
“Encontramos que la dineína es extremadamente importante para la locomoción celular, lo que sugiere un método completamente nuevo para el tratamiento del cáncer. En lugar de matar las células cancerosas con radiación o quimioterapia, estamos mostrando cómo paralizarlas”, comentó Erdem Tabdanov, profesor asistente de farmacología en el centro universitario.
El coautor principal del estudio añadió que esta es “una gran noticia porque en realidad no es necesario matar las células, lo cual es un enfoque severo que apunta tanto a las células cancerosas como a las sanas. En cambio, sólo hay que detener el movimiento de las células cancerosas”.
Hasta el momento, dijo, la dineína nunca se había visto atrapada en el negocio de proporcionar la fuerza mecánica para la motilidad de las células cancerosas, que es su capacidad para moverse por sí mismas.
“Ahora podemos ver que si se apunta a la dineína, se podría detener efectivamente la motilidad de esas células y, por lo tanto, detener la diseminación metastásica”, agregó.
Tabdanov explicó que la “parálisis” celular podría resultar una estrategia de tratamiento eficaz para el cáncer en comparación con los tratamientos qu imioterapéuticos, porque después de la extirpación quirúrgica del tumor principal, podría evitar que el cáncer se propague sin dañar los tejidos y células sanos.
El truco de la quimioterapia es matar las células cancerosas un poco más rápido que el resto del cuerpo, es una carrera contra el tiempo, dijo Tabdanov.
“La quimioterapia causa mucho daño a los tejidos normales y sanos del cuerpo mientras está ocupada matando el cáncer. Si en cambio contuviéramos el cáncer, lo detuviéramos en seco, podríamos mantener saludables las partes sanas del cuerpo”, precisó.
Los investigadores señalaron que cualquier posible tratamiento clínico está lejos, ya que aún tienen que realizar ensayos en humanos o animales.
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