Decidí suspender mi campaña para la presidencia, expresó Pence durante un discurso en la Conferencia de la Coalición Judía Republicana, en el que enfatizó que “me ha quedado claro que no es mi momento”.
De esta forma el ex vicemandatario (2017-2021) sale del nutrido campo republicano que lidera, pese a todo, su excompañero de fórmula y expresidente Donald Trump.
Pence no pudo avanzar en las preferencias de los votantes desde que lanzó su candidatura a la nominación republicana a principios de junio y tuvo dificultades con la recaudación de fondos (el dinero es fundamental para hacer política en Estados Unidos).
Él defendió un “liderazgo diferente” y trató de promocionar su experiencia como congresista y gobernador de Indiana, así como su paso por la Casa Blanca.
Pence, que apoyó a Trump durante toda la administración, rompió con el exjefe de la mansión ejecutiva después de su derrota electoral en noviembre de 2020.
El exnúmero dos del gobierno certificó los resultados que mostraban la victoria de Joe Biden como presidente electo, lo que enfureció a un Trump que aún, casi tres años después de los comicios, sigue alegando acusaciones infundadas de fraude electoral generalizado.
La salida de Pence deja en la batalla junto a Trump al gobernador de Florida, Ron DeSantis; la exembajadora en la ONU Nikki Haley, y al senador Tim Scott, de Carolina del Sur.
También se mantienen en la lid el novato Vivek Ramaswamy; Chris Christie, exgobernador de Nueva Jersey, Doug Burgum, gobernador de Dakota del Norte, y Asa Hutchinson, exgobernador de Arkansas.
Presumiblemente el candidato nominado por los republicanos se enfrentará con el demócrata, quien buscará un segundo mandato.
Los pronósticos apuntan a que serán Trump y Biden los que se disputarán el sillón del Despacho Oval el año que viene, en lo que sería una pelea revancha.
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