Por Adriana Robreño
Corresponsal jefa en Ecuador
Su gobierno genera una gran expectativa, si bien expertos vaticinan que el modelo conservador y oligárquico predominará en su gestión.
Su proyecto es neoliberal, mercantil, pretende ocupar el espacio del Estado para sus fines empresariales, y su llegada al Palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo, sin dudas nos dice por dónde irá el país en el próximo año y medio, afirmó la socióloga y comunicadora Irene León.
En diálogo con Prensa Latina, la analista apuntó que “Noboa llega al poder como resultado del marketing político, es decir, debido a la capacidad de comprar servicios comunicacionales, principalmente digitales, y movilizar una imagen, independientemente de sus propuestas de Gobierno”.
No obstante, por el bien del país, la propia Revolución Ciudadana, movimiento de izquierda que peleó la presidencia con su candidata Luisa González, le ofreció apoyo al futuro gobernante desde el legislativo, donde tienen la mayor bancada, siempre que no sea para precarizar el sistema laboral, la salud, la educación o para privatizaciones.
González señaló en una entrevista radial que no se trata de tener una relación de confianza con Noboa, electo con un proyecto opuesto al suyo, pero en su opinión “hay una línea de Patria, el Ecuador requiere que dejemos los odios, que trabajemos en conjunto por una agenda común”.
UN PAÍS SUMIDO EN LA VIOLENCIA
En primer lugar, el próximo mandatario recibe una nación con la violencia al alza, con más de seis mil asesinatos en el presente año, incluido un candidato a la presidencia, alcaldes y funcionarios públicos.
La expansión de las redes del narcotráfico y el crimen organizado, así como su infiltración en las estructuras del Estado son una realidad a la cual deberá hacer frente Noboa y su equipo, del que todavía se desconoce quiénes estarán a cargo del área de la seguridad.
El gobernante electo anunció durante su campaña que implementará un denominado Plan Fénix, que consiste en crear una central única de inteligencia y equipar con armas y tecnología a la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas.
Habló también de implementar cárceles barcazas para los reclusos más peligrosos, una idea considerada prácticamente imposible de materializar, sobre todo por el alto costo.
La escasa información difundida sobre la gira de Noboa por Europa (Italia y España) y Estados Unidos, asegura que los temas prioritarios de sus encuentros fueron la generación de alianzas para la inversión en el Ecuador y el apoyo para el combate de la delincuencia organizada.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, le envió al próximo jefe de Estado ecuatoriano una carta en la cual aseguró que su país mantiene la premisa de seguir colaborando con Ecuador en este tema.
Hasta el momento, Daniel Noboa no ha adelantado los nombres de quiénes conformarán su gabinete de seguridad, donde las carteras de Defensa, Interior y la Secretaria de Seguridad Ciudadana serán claves para conocer cuál será la ideología y la estrategia durante su administración.
Los analistas esperan, sin embargo, que Noboa dé un golpe de efecto en este asunto nada más sentarse en el sillón del despacho presidencial, aunque alertan que la mano dura no será suficiente.
Para el experto en temas de seguridad Fernando Carrión, se requiere también una “mano inteligente” con vistas a responder a la problemática, y en su opinión “eso no está apareciendo todavía”.
La deuda social de los últimos años deberá ser atendida para disminuir los niveles de desigualdad y precariedad en zonas que ahora son foco de violencia criminal.
CRISIS ENERGÉTICA
Desde el 27 de octubre volvieron los apagones a Ecuador luego de más de una década sin racionamientos. El actual gobierno, dirigido por Guillermo Lasso, justificó los cortes al asegurar que el país vive la peor sequía en 50 años, que aumentó el consumo gracias a la reactivación económica y también culpó a administraciones anteriores.
Más allá de las excusas, esta nación andina vive una crisis energética luego de años sin inversiones en ese sector.
Si bien Lasso acordó con Colombia, Perú y empresarios privados el incremento de la venta de electricidad al Estado ecuatoriano para paliar la situación, corresponderá a Noboa hacer frente a la oscuridad de los apagones y buscar una solución.
Hasta el momento, mientras los ecuatorianos están sin servicio eléctrico varias horas al día, el futuro inquilino de Carondelet no se pronuncia sobre cuál podría ser su estrategia para responder a la crisis, que ya impacta la economía nacional.
Con el problema ya instalado, para Noboa será difícil construir nueva infraestructura en su corto periodo de gestión, pero sí podrá dar los primeros pasos para la rehabilitación del sistema eléctrico, al menos es lo que espera la ciudadanía.
EMPLEO INFORMAL
La más reciente Encuesta de Empleo, Desempleo y Subempleo, realizada en septiembre por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), reveló que la informalidad continúa en aumento en Ecuador, donde un 54,4 por ciento de los trabajadores buscan sus ingresos sin garantías laborales.
Eso significa que más de la mitad de la población de Ecuador económicamente activa no trabaja 40 horas semanales, ni recibe el mínimo de 450 dólares mensuales, ni tiene garantías en caso de accidente o enfermedad, ni beneficios como licencias de maternidad o paternidad.
Solamente el 36,4 por ciento de los trabajadores están emplantillados legalmente, mientras que la ciudad con la mayor tasa de desempleo es Quito, capital del país, con 7,8 por ciento.
Ante ese escenario, que incluye a 322 mil personas totalmente desempleadas, Noboa hizo sus propuestas durante la campaña electoral. Entre sus planes está promover incentivos tributarios a empresas nacionales y extranjeras para que contraten «mano de obra nacional» y promover la inversión en sectores como tecnología, agricultura, energías renovables y turismo, aunque no aclaró cómo lo haría.
También se pronunció a favor de mejorar la educación y la formación profesional, con programas alineados a las necesidades del mercado laboral, y estimular la creación de pequeñas y medianas empresas.
Crear un programa de desarrollo de infraestructura, centrado en áreas como transporte, energía, agua y saneamiento con el fin de dar trabajo para la construcción, operación y mantenimiento de estas obras, es otra de las ideas del futuro mandatario.
Otra de las ofertas de Noboa es que la pensión por jubilación mensual sea al menos igual al salario básico vigente, pero muchos se preguntan cómo eso será posible si el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), encargado de esos pagos, a duras penas puede cumplir con las obligaciones actuales.
Los ecuatorianos esperan que las promesas se hagan realidad, y no queden escritas en el hielo, como hizo Lasso, quien prometió un millón de empleos y se va con más de la mitad de los trabajadores en la informalidad.
El economista Marco Flores advierte que cualquiera sea el costo de las ofertas del electo gobernante, la posibilidad de cumplirlas es fiscalmente inviable, al menos en el corto tiempo de su administración, simplemente porque no hay los recursos económicos.
Según Flores, eso sólo sería posible si, “como exigen los neoliberales criollos, decreta la venta local de combustibles a precios internacionales, incrementa el IVA o impone nuevos impuestos, todo esto con una economía en plena desaceleración”.
Además, el experto explicó que las ofertas son inviables porque el Presupuesto General del Estado del 2024 se iniciará con un desfinanciamiento bruto estimado en 10 mil millones de dólares y en ese monto no se incluye ninguna de las ofertas de Noboa.
“No sólo es cuestión de voluntad sino de viabilidad fiscal”, afirmó.
ENDEUDAMIENTO
Como si no fueran suficientes los problemas, en los últimos seis años los gobiernos de Lenín Moreno y Guillermo Lasso sostuvieron prácticamente el presupuesto del Estado con deuda.
Es decir, año tras año contrataron deuda externa nueva para pagar deuda externa vieja y cubrir otros gastos presupuestarios. Hasta mayo de 2017, fecha en que culminó el periodo de Rafael Correa, Ecuador no le debía un solo centavo al Fondo Monetario Internacional (FMI) y hoy le debe ocho mil 100 millones de dólares.
“El colapso fiscal era solo cuestión de tiempo y eso exactamente le ha ocurrido al Ecuador. Hoy la deuda pública es de 80 mil millones de dólares, equivale al 65,7 por ciento del PIB, con el agravante de que el Banco Central prevé que la economía crecerá menos de uno por ciento en 2024”, argumentó Flores.
Aunque aún no hay fecha para el cambio de mando e inicio del periodo de Noboa, se espera que la ceremonia tenga lugar alrededor del 1 de diciembre.
Entretanto, existen pocas luces sobre cómo en la práctica el joven mandatario electo encauzará tamaños problemas que, como afirman analistas y ciudadanos, son imposibles de resolver en poco más de un año.
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