Según datos del organismo, entre los años 1970 y 2021 África representó el 35 por ciento de los fallecimientos relacionados con el impacto del tiempo, el clima y el agua.
A pesar de esto, el 60 por ciento de la población africana no tenía acceso a sistemas de alerta temprana, la tasa más baja de cualquier región del mundo.
De acuerdo con el informe El estado del clima en África en 2022, publicado en septiembre de 2023, varios países experimentaron fenómenos meteorológicos graves en el período examinado, que provocaron una devastación incalculable entre las comunidades, además de cuantiosas implicaciones económicas.
Entre ellos se incluyen la sequía en el Cuerno de África y casos graves de inundaciones en las zonas meridionales del continente, como Mozambique y Sudáfrica.
Por la relevancia del tema, a fines de octubre pasado se reunieron en Sudáfrica los jefes africanos de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales, quienes recibieron capacitación sobre un programa de formación ejecutiva patrocinado por la OMM dirigido a proteger a millones de personas que son vulnerables a los impactos negativos del cambio climático.
“El cambio climático está sobre nosotros y los Servicios Meteorológicos tienen la función de generar resiliencia”, dijo en ese evento el doctor Adérito Aramuge, vicepresidente de la Asociación Regional I de la OMM (África), quien también es director del Instituto Nacional de Meteorología de Mozambique.
“Los líderes de los Servicios Meteorológicos deben hacer todo lo posible para garantizar que tengan sistemas de alerta temprana en sus países. Para ello necesitamos movilizar fondos”, afirmó Aramuge.
El pasado año el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, pidió a las naciones del mundo que hagan un esfuerzo para garantizar que todos los habitantes de la Tierra estén protegidos de fenómenos meteorológicos, hídricos o climáticos peligrosos mediante sistemas de alerta temprana que salvan vidas.
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