El mandatario (2017-2021) fue acusado de manipular el valor de los activos y de la empresa que lleva su nombre, con el objetivo de obtener beneficios económicos, y su comparecencia este lunes sigue a los testimonios de sus hijos mayores, Donald Jr. y Eric Trump, la semana pasada.
Al llamar la atención a Trump a través de su representante legal, el juez Arthur Engoron preguntó si podían controlar a su cliente porque “esto no es un mitin político, es una sala de audiencias”, e incluso, ante las respuestas ofrecidas por el exgobernante tuvo que volver a establecer reglas.
“Además de que las respuestas no responden, son repetitivas. No tenemos tiempo que perder. Tenemos un día con este testigo”, enfatizó.
Este lunes el exjefe de la Casa Blanca llegó al tribunal del bajo Manhattan poco antes de las 10:00, hora local, e hizo breves comentarios, en los que reiteró sus críticas al juicio.
La fiscal general de Nueva York, Letitia James, anticipó que Trump «se involucraría en insultos, burlas y hostigamientos raciales», pero sentenció que «al final del día, lo único que importa son los hechos y los números”.
También señaló que no esperaba mucho del testimonio de Trump, salvo escucharlo repetir que el juicio era una “cacería de brujas”.
“El señor Trump, repetidamente y consistentemente, ha tergiversado e inflado el valor de sus propiedades”, recalcó.
A Kevin Wallace, abogado de la oficina de James que inició el interrogatorio, Trump le dijo que él y «todos los demás fiscales de distrito, fiscales generales y fiscales federales demócratas se acercaban a mí desde 15 lados diferentes, todos demócratas, todos enemigos».
El exmandatario repetidamente dio respuestas prolijas a preguntas sobre las valoraciones de varias propiedades de la Organización Trump, y la paciencia de Engoron pronto se agotó.
«No, no estoy aquí para escuchar lo que tiene que decir», aclaró Engoron, alzando la voz. «Estoy aquí para escucharlo responder preguntas. ¡Siéntese!» y alertó que estaba considerando sacar conclusiones negativas del testimonio de Trump.
Antes, el juez Engoron determinó que el expresidente Trump, sus hijos Eric y Donald Jr., así como varios funcionarios de la Organización Trump cometieron fraude por inflar el valor de varias propiedades para obtener beneficios fiscales, mejores condiciones en créditos y en seguros.
El juicio civil busca establecer si el exmandatario debe pagar 250 millones de dólares por los daños causados debido a esa práctica desleal durante años, así como otros posibles castigos que podrían complicar su operación empresarial en el estado de Nueva York.
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