En esta oportunidad el enfrentamiento televisado fue entre el gobernador de Florida, Ron DeSantis; la exembajadora en las Naciones Unidas Nikki Haley, el senador de Carolina del Sur Tim Scott, el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie, y el empresario Vivek Ramaswamy.
El debate lo marcó, otra vez, la ausencia del principal contendiente, el acusado expresidente Trump, quien volvió a ir contra las reglas y en una acción quizás de prepotencia política celebró un mitin de campaña muy cerca del lugar de la discusión.
El exmandatario (2017-2021) fue hasta la cercana Hialeah, donde recibió el respaldo de la gobernadora de Arkansas, Sarah Huckabee Sanders, quien saltó a la palestra nacional en tiempos de la administración republicana cuando fue secretaria de prensa de la Casa Blanca de Trump.
Para algunos observadores, la decisión de evitar los debates ha sido un éxito estratégico porque ha evitado cualquier duro golpe y existe la ventaja de que se muestren sus rivales peleando entre sí.
Trump parece imparable en las encuestas. En el promedio del sitio de datos FiveThirtyEight, el exjefe de la Casa Blanca va por delante de DeSantis, que ocupa el segundo lugar, por 43 puntos.
Incluso en Iowa, un estado que Trump perdió en 2016 y donde sus adversarios creen que es más vulnerable, tiene una ventaja de 28 puntos.
En cuanto a la discusión de anoche Nikki Haley, según coinciden algunos medios de prensa, demostró nuevamente ser la polemista más exitosa en el campo.
Sus sólidas actuaciones en los dos encuentros anteriores han sido catalizadores para ascenderla en las encuestas y ahora, después de tres debates, tiene marca de 3-0, comentó el diario The Hill.
La exgobernadora de Carolina del Sur arremetió contra uno de los rivales con la frase «No eres más que escoria» que resultó uno de los momentos más memorables del debate.
Haley atacó a Ramaswamy después que el empresario intentara asociar a su hija con un argumento engañoso alrededor del uso de TikTok, red social muy popular aquí pese a todos las polémicas en torno suyo.
Fue un error de juicio desastroso por parte de Ramaswamy y la respuesta desdeñosa de Haley seguramente habrá resonado en muchos espectadores, especialmente en los padres, apuntó el periódico.
Haley matizó su postura a sobre el aborto luego de las derrotas del Partido Republicano en las elecciones parciales del martes, pues los votantes plasmaron en las urnas su resistencia a posiciones antiaborto de línea dura.
Los ataques subrayaron que la exgobernadora de Carolina del Sur, que está ascendiendo en las encuestas, es la alternativa a Trump más temida ahora.
Ron De Santis no ha tenido una campaña feliz y ya dejó de captar titulares con lo de “Estrella en ascenso del Partido Republicano”, pero el gobernador, cuestionado por la falta de un mensaje claro, mostró su mejor actuación en un debate hasta el momento.
El gobernador de Florida expresó un vigoroso respaldo de Israel que muchos votantes republicanos parecen esperar, mientras mantuvo firme sus puntos de vista de intercambios sobre la crisis del fentanilo y otros temas.
Por su parte, Christie, que gobernó un gran estado azul, realizó otro sólido debate la víspera, pero tiene una posibilidad muy pequeña de convertirse en el candidato porque es el más vigorosamente anti-Trump en un partido cuya base activista sigue siendo leal al expresidente.
Respecto a Scott no ha logrado cumplir las grandes esperanzas que sus seguidores tenían cuando entró en la carrera en mayo pasado y simplemente a estas alturas todavía sigue sin generar entusiasmo y su actuación en este tercer cara a cara pasó inadvertido.
Ya se habla que lo más saludable para el único aspirante afroamericano en la nómina republicana sea que considere abandonar la carrera.
El debate de ayer -que por supuesto lanzó dardos contra la agenda del presidente demócrata Joe Biden- fue el primero desde que Israel le declaró la guerra al Movimiento de Resistencia Islámica Hamas luego del su sorpresivo ataque el pasado 7 de octubre y como era de esperar, en sentido general coincidieron en sus posicionamientos.
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