El portavoz de la cancillería asiática, Wang Wenbin, subrayó que las naciones del grupo de los siete deberían reflexionar sobre sí mismas.
«Son precisamente estos Estados miembros del G7 los que han incluido en la lista negra a más de 10 mil entidades e individuos de todo el mundo, han utilizado el poder del Estado para reprimir empresas concretas de forma generalizada y han politizado y convertido las cuestiones económicas y comerciales en armas para socavar la estabilidad de las cadenas internacionales de producción y suministro», enfatizó.
En otro momento, urgió al grupo a no interferir en el caso de arbitraje del Mar Meridional de China lo cual, en su opinión, solo busca provocar antagonismo y confrontación, «lo que va en contra de la voluntad de los países de la región de mantener la paz y la estabilidad».
El portavoz también se refirió a la parte de la declaración que se compromete con respetar el principio de Una Sola China.
«Las mayores amenazas a la paz a través del Estrecho provienen actualmente del hecho de que las autoridades del Partido Democrático Progresista en Taiwán se han aferrado obstinadamente a la posición separatista de la secesión y a la connivencia y el apoyo de fuerzas externas hacia ellas», subrayó.
Wang instó al G7 a cumplir su compromiso de adherirse al principio de Una Sola China y actuar conforme a esa promesa.
Por otro lado, «los asuntos relacionados con Xinjiang, Xizang y Hong Kong son asuntos internos de China y no permiten la interferencia de fuerzas externas», agregó el vocero.
Además, durante la conferencia de prensa el portavoz llamó a respetar los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y las normas básicas que rigen las relaciones internacionales.
Instó al G7 a que se ocupe «de sus propios asuntos» y deje de interferir en los temas internos de otros países bajo cualquier pretexto.
China condenó la víspera que esa declaración no promoviera el alto al fuego, la protección a los civiles y el derecho del pueblo palestino a la condición de Estado, pese a que los ministros de Asuntos Exteriores del grupo discutieron ampliamente la situación palestino-israelí.
De hecho, la cancillería expresó sus dudas respecto a la eficacia de ese texto para aliviar la situación y restaurar la paz en la región.
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