El tema es motivo de análisis luego que, recientemente, el subsecretario de Redes Asistenciales, Alberto Dougnac, desestimara una petición del sector gastronómico para por lo menos retrasar el inicio de esa medida, que rige en todo el país desde las 22:00, hora local.
Aunque las cifras de la Covid-19 muestran una cierta mejoría en las últimas semanas, siguen siendo altas a nivel nacional, y la víspera el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, en declaraciones a la prensa, también defendió mantener el toque de queda, argumentando que ‘no es el momento para arriesgarse’, sino de hacer un último esfuerzo.
Explicó que pudiera analizarse modificar en alguna medida el horario, pero nunca al punto de que se pueda poner en riesgo lo avanzado en momentos cuando el país lleva a cabo una exitosa campaña de vacunación.
Sin embargo, algunos expertos difieren, y el psiquiatra Alberto Larraín señaló que el toque de queda genera un estrés adicional por restringir la libertad de las personas, y aunque persigue limitar los contagios, con las medidas de desconfinamiento que se aplican queda ya fuera de contexto.
Recordó que según la Organización Mundial de la Salud, enfermedades mentales como la depresión, las crisis de angustia, el alcoholismo y la drogadicción aumentaron con la pandemia en 30 por ciento, por lo cual se deben limitar al máximo los factores estresantes y uno de ellos es el toque de queda.
Abundó que este fue positivo al instaurar en la población la percepción de riesgo sobre la pandemia, pero ese efecto ya pasó, y se debe avanzar hacia la priorización de medidas de cuidado personal como el uso de mascarilla y el lavado de manos.
Otros vinculan esa medida con el carácter represivo con que ha sido aplicada en otros momentos en Chile.
En ese sentido el máster en Salud Pública Gonzalo Bagigalupe, consultado por Radio Universidad de Chile, expresó que pareciera más una manera de controlar el flujo y las libertades de las personas, pues no ha cambiado en relación con los indicadores de salud.
Según el experto, la población percibe que el toque de queda busca controlar la actividad social o política, y eso genera mucha desconfianza.
Consideró que la mejor solución ante este problema es establecer otras medidas que generen confianza, eduquen y que estén a tono con el éxito del proceso de vacunación, que ha sido bien organizado, lo cual generaría un espíritu de mucha mayor colaboración.
agp/rc