Guatemala posee solo alrededor de 27 mil hectáreas del arbolito, ubicadas en los fríos bosques de las áreas más altas de Chimaltenango, Sololá, Totonicapán, Xela, San Marcos y Huehuetenango.
Estos ven interrumpidos su ciclo de floración cuando traficantes cortan sus ramillas y hacen cualquier cosa por comercializarlos de manera ilegal.
Buscamos sensibilizar a la sociedad acerca de su protección y la compra legal del producto y sus subproductos, declaró a la prensa el director de Manejo y Restauración del Instituto Nacional de Bosques (INAB), Oscar Cordón.
En tal sentido, agregó el funcionario, se coordinaron actividades interinstitucionales y están listos 80 mil marchamos para la comercialización lícita de árboles, guirnaldas y coronas, a fin de atender la demanda de la población.
La Policía Nacional Civil anunció que, por medio de la División de Protección de la Naturaleza, implementará un plan a partir del próximo 25 de noviembre, el cual concluirá el 20 de diciembre.
En el mismo participarán 415 especialistas con el apoyo de las comisarías departamentales, que se encargarán de instalar puestos de control para identificar el posible traslado ilegal del pinabete.
Asimismo, verificarán en áreas boscosas, lugares estratégicos, carreteras, con el objetivo de prevenir el transporte ilícito de esta especie, en peligro de extinción desde hace varios años.
Las fuerzas de seguridad instaron a la población a comprar pinabete o ramilletes con su respectivo marchamo emitido por INAB y el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap), otra de las entidades de lleno en la estrategia.
El suroccidental departamento de Quetzaltenango (Xela) resalta como el mayor productor de pinabete y, de acuerdo con cifras oficiales, el año pasado colocó más de 10 mil marchamos.
Tenemos entre 70 y 80 plantaciones registradas, pero anualmente se activan entre 30 y 35 para comercializar productos de esa especie, que principalmente van al mercado capitalino, explicó el director subregional del INAB, Guillermo Monterrosa.
Agregó que el olor y fragancia de los árboles naturales no lo tienen los artificiales, además al comprar uno con marchamo se colabora con familias del área rural, que trabajan todo el año para la conservación del pinabete.
Datos del INAB expusieron que el sector de la producción de pinabetes generó en 2022 13 millones de quetzales (casi dos millones de dólares).
Las familias chapinas tienen arraigada la costumbre de unirse en esta época para festejar y convivir con un ambiente emotivo y de alegría, en el cual pocas veces falta su símbolo adornado de luces y colores.
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