El pronunciamiento de la Comunidad para el Desarrollo de África Austral (SADC) remarcó igualmente la necesidad de mejorar la cooperación internacional debido a la naturaleza global del flagelo.
En su doble condición de titular del bloque y presidente de Mozambique, Filipe Nyuse, abogó por la salvaguarda de la soberanía y los derechos culturales y socioeconómicos de las naciones; por tanto, afirmó, ‘no descansaremos hasta encontrar la victoria final: la paz y el progreso en cada rincón de nuestra región’.
Aunque el foro examinó de manera particular la situación en la provincia mozambiqueña de Cabo Delgado (norte), los jefes de Estado y de Gobierno remarcaron la existencia de distintos focos de violencia en el continente africano debido al fenómeno del terrorismo y el extremismo violento.
La Misión de la Fuerza de Reserva, aprobada por la cumbre, refrenda la voluntad de apoyar las acciones militares en Cabo Delgado, que desde 2017 sufre el creciente embate de grupos como Al Shabab, afiliado al Estado Islámico en África Central (ISCA).
Según expresó la secretaria ejecutiva de la SADC, Stergomena Lawrence, el terrorismo sigue representando una grave amenaza en la zona y esto requiere ‘nuestra atención urgente, concreta y decisiva’.
El evento contó con la participación también de los presidentes de Sudáfrica, Cyril Rampahosa; de Zimbabwe, Emmerson Mnangagwa; de Malawi, Lazarus Chakwera; de Tanzania, Samia Suluhu Hassan; y de Botswana, Mokgweetsi Masisi, entre otras personalidades.
A juicio de la SADC, los terroristas actúan de forma cada vez más sofisticada por la coordinación de acciones y el uso de armamento moderno, con una base sólida de financiamiento y suministro, incluido el apoyo logístico externo.
En el acto por el aniversario 46 de la Independencia Nacional, Nyusi exhortó ayer a la unidad de los mozambiqueños para intensificar la lucha antiterrorista y avanzar en proyectos socioeconómicos, vinculados a cuestiones esenciales como electrificación, suministro de agua potable y producción de alimentos.
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