Producto de lo anterior, estos veloces felinos en peligro de extinción tendrán más conflictos potenciales con otros depredadores, en su mayoría nocturnos, como los leones y los leopardos, asegura un estudio publicado en el periódico Proceedings of the Royal Society.
«Los cambios de temperatura pueden afectar las pautas de comportamiento de las grandes especies de carnívoros y también la dinámica entre ellas», explicó la bióloga Briana Abrahms, de la Universidad de Washington, coautora del trabajo.
Bettina Wachter, bióloga conductual que dirige el Proyecto de Investigación sobre Guepardo en el Instituto Leibniz para la Investigación de Zoológicos y Vida Silvestre, resaltó que los guepardos no lucharán contra los felinos más grandes, simplemente se marcharán.
Cazar en diferentes momentos del día es una estrategia que evolucionó para reducir los encuentros entre las especies de depredadores que comparten el paisaje mixto de sabana y bosque del norte de Botsuana.
En días más calurosos, cuando las temperaturas máximas diarias se elevan a casi 45 grados Celsius, los guepardos se vuelven más nocturnos, aumentando en 16 por ciento sus horas de caza superpuestas con sus rivales.
Los guepardos son los grandes felinos más raros de África, con menos de siete mil en estado salvaje.
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