La Habana constituye escenario obligado para el caminante, sobre todo su parte añeja. Espacio de muchos encantos, con calles estrechas, edificios antiguos, contradicciones al paso, pero siempre un encanto a flor de piel, de ahí su supremacía en la industria turística cubana.
Ahora, en este 2023, vuelve a cumplir años, 504, porque fue fundada el 16 de noviembre de 1519, y su belleza se impone frente a las dificultades.
Ubicada en los 23 grados y nueve minutos de latitud norte y los 82 grados y nueve minutos de longitud oeste, esa referencia de un GPS ahora aporta a los turistas la posibilidad de marcar la exactitud de una imagen tomada entre sus calles, museos y sitios de interés.
La Habana, en su conjunto, alcanza 732 kilómetros cuadrados y posee 15 municipios de los cuales nueve son totalmente urbanos, de ellos 4,5 kilómetros cuadrados abarcan la parte vieja, la más interesante (2,5 kilómetros cuadrados son los más visitados).
Ciudad colorida y muy musical, rítmica, emporio de la conocida mundialmente salsa, trono indiscutible actual para el son. Sus calles descubren, sobre todo en la parte añeja, el motivo por el cual la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) la declarara en 1982 Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Entonces los colores también vibran de alguna manera y los contrastes de claros y oscuros en las esquinas, haciendo juego con las edificaciones de antaño, realizan una guirnalda que constituyen perfectas inspiraciones para pintores y escultores, sobre todo para fotógrafos.
En su conjunto, la capital se convierte en polo turístico de vitalidad absoluta, por donde pasa la mayoría de los vacacionista que recorren la Isla, llegados de todas partes del Planeta.
Posee atractivos y valores histórico, monumentales, culturales y paisajes marinos con su bahía y castillos que en su tiempo defendieron a la ciudad de los ataques extraños, como piratas y la armada inglesa. También ofrece intereses arqueológicos, naturales, y deportivos, una gran parte de zonas turísticas y enlaces con otros sitios de áreas y regiones cercanas, o lejanas.
Sin embargo, su gente constituyen el eje, la esencia de las tradiciones, el aliento para seguir, la trayectoria de familias asentadas hace mucho, cuando esta urbe simplemente era un puñado de fundadores, una Habana del pasado, el presente y el futuro.
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