En su condición de Capitán General del sistema defensivo boliviano, reiteró la alerta acerca de la “guerra híbrida” desatada contra el país altiplánico para mostrarlo como un Estado fallido, expuesto con anterioridad el 8 de noviembre último en su informe ante la Asamblea Legislativa Plurinacional en ocasión del tercer aniversario de su llegada a la casa presidencial.
Durante el acto la víspera en el Patio de Honor del Colegio Militar, zona sur de La Paz, el dignatario alertó contra intentos divisionistas.
“La oligarquía del ayer y la nueva rosca buscan debilitar el poder popular y democrático, buscando enfrentarnos entre bolivianos, intentando llegar a la balcanización de nuestra patria, como impulsaba Augusto Pinochet en los años 1970”, aseguró Arce.
Según el mandatario, existe el propósito manifiesto de deconstruir a las Fuerzas Armadas con operaciones de ataques mediáticos, operadores externos e internos “con el objetivo de menoscabar la dignidad militar y del Gobierno para afectar la gobernanza y la gobernabilidad”.
Al recordar que los efectivos de este cuerpo son el pueblo uniformado, el jefe de Estado insistió en que tienen como mandato constitucional resguardar al Gobierno legalmente constituido, además de impulsar el desarrollo nacional y combatir el contrabando.
Asimismo, llamó a las Fuerzas Armadas y a la Policía Boliviana a construir la Comunidad de Inteligencia Nacional para preservar la soberanía, dignidad e integridad del territorio boliviano, además de hacer frente a las nuevas amenazas que pretenden apropiarse del litio y de otras riquezas.
“Insto a las Fuerzas Armadas y fuerzas policiales a la construcción de la Comunidad de Inteligencia Nacional, para cumplir el rol constitucional de preservar la soberanía, la dignidad y la integridad del territorio boliviano, avanzando hacia el Sistema Nacional de Inteligencia Estratégica”, precisó.
Durante el acto conmemorativo por el aniversario 213 de la Batalla de Aroma y el Día del Ejército, Arce evocó a patriotas como Plácido Molina, entre otros, y señaló que se debe seguir su ejemplo.
Reafirmó que la forma de imitarlo es, “previniendo operaciones de guerra irrestricta, guerra híbrida” y acciones encubiertas que buscan mostrar que Bolivia es un supuesto Estado fallido, solo para apropiarse del litio, de las tierras raras y de la biodiversidad.
“Debemos fortalecer internamente la revolución democrática, popular y cultural a través de la independencia económica y la consolidación de las grandes transformaciones, como la mejor arma para enfrentar las amenazas y conflictos (…)”, subrayó.
Mencionó al respecto que, desde el exterior, tanto en las expresiones monroistas en el Comando Sur de Estados Unidos, así como algún actor vecinal anclado en el pasado, buscan apropiarse de los recursos estratégicos bolivianos, especialmente sus mega reservas de litio y tierras raras.
“Utilizan a columnistas, malos bolivianos, que privilegian sus apetitos de poder y de riqueza, para tratar de enfrentarnos, con golpes suaves, revoluciones de color y conflictos híbridos”, insistió.
Arce fue explícito al instar a los mandos militares a construir las bases reales de la “doctrina de patriotas”, donde el pueblo y las Fuerzas Armadas constituyan el poder patriótico popular y el baluarte del fortalecimiento del “poder nacional”.
“Se requiere dejar atrás conceptos liberales que consideraban al pueblo como el enemigo y promover el enfoque de la defensa de todo el pueblo, en la nueva doctrina de la resistencia integral para enfrentar todas las amenazas de fuerzas externas, donde la cohesión de los bolivianos es vital”, concluyó.
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