El Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (Mspas) detalló que 45 mil 753 (85 por ciento) fueron sin alarma, pero siete mil 664 infectados, 14 por ciento del total, si los presentaron, y 124 un estado grave.
De estos, según el cierre divulgado por la cartera, 87 fallecieron, mientras 33 personas se contagiaron de chikungunya y 23 de zika.
Su Dirección de Epidemiología y Gestión de Riesgo señaló, aparte del nororiental Zapaca, fuerte impacto de la enfermedad en Chiquimula, Petén, Área Sur Oriente, Escuintla, Sacatepéquez, Baja Verapaz y Quetzaltenango.
El organismo sanitario mantiene la vigilancia y monitoreo constante (encuestas entomológicas, búsqueda de casos, nebulización, deschatarrización, entre otras), e identificó en el país la circulación de cuatro serotipos de este virus.
El 31 de agosto pasado el Mspas decretó tres meses de emergencia sanitaria nacional debido al alza de la enfermedad y adelantó que podrá ser prorrogada si persisten las circunstancias que le dieron origen.
De los más de 14 mil casos entonces, expuso que 14 por ciento correspondió a dengue con signos de alarma y el 85 sin estos, con Zacapa entonces con la tasa más alta, 378,7 por cada 100 mil habitantes.
En una de sus primeras valoraciones, el Mspas estimó que el año finalizaría con 18 o 19 mil infectados, un alza de 152 por ciento en comparación con el escenario del 2022, que dejó cuatro mil.
El dengue es endémico en este país centroamericano, lo cual significa una transmisión local continuada que alcanza su punto álgido durante y después de la temporada lluviosa (mayo-octubre).
Pese a la entrada de la época fría, las precipitaciones persisten en varias regiones de Guatemala y, de acuerdo con expertos, los casos, la supervivencia del mosquito Aedes aegypti y el riesgo de la enfermedad siguen altos.
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