La naturaleza cubana está muy de moda. Esta afirmación la corroboran los extranjeros que visitan la isla y se disputan un espacio en excursiones y paseos por sitios verdes, cuando en La Habana, la capital del país, existe un escenario sumamente atractivo.
Con el sugestivo nombre de Río Cristal, un jardín y parque dentro del cinturón de la capital cubana atrae en estos momentos no solo a los nostálgicos que pasaron su infancia en ese lugar, sino a algunos extranjeros en busca de sitios con historia y muy verdes.
Ese espacio se encuentra en la periferia del centro citadino pero que ahora lo recuperaron las autoridades de la villa para el disfrute de muchas personas.
Se trata de un centro recreativo, un complejo cultural que posee una notable arquitectura con el objetivo de pasarla bien, un lugar donde este periodista pasó momentos infantiles inolvidables, dando rienda suelta a la imaginación.
Allí aparece un castillo como los de los cuentos de hadas, que resistió el embate del tiempo y ahora, repintado, es también las delicias de los nuevos pequeños.
El nombre del centro procede del cauce del río Cristal que siempre fue de aguas cristalinas, ahora no tanto.
Construido en 1790 como barracón de esclavos, en 1854 lo emplean como convento de religiosas, y tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959 se convirtió en el restaurante Río Cristal, uno de los de mayor esplendor y demanda en el municipio capitalino nombrado Boyeros.
Lamentablemente estuvo por algún tiempo en estado de ruina, pero la naturaleza que circunda y compone el lugar siempre se apoderó de los espacios y atrajo a algún que otro fotógrafo interesado por ese verde que permaneció y se enriqueció.
El centro fue remodelado y reinaugurado el 1 de agosto de 2017 para el disfrute de la familia capitalina, y poco a poco, muchos visitantes extranjeros se interesaron por este escenario, sea de paso desde el aeropuerto internacional José Martí, al entrar a la isla, o desde las anécdotas de muchos de sus amigos cubanos.
Dadas esas peculiaridades, realizaron un proceso inversionista millonario que incluyó la recuperación de locales.
Además se rescató la piscina, especialmente todo lo relacionado con la recirculación de agua, la colocación de taquillas y baños públicos.
El complejo brinda servicios en casi 15 áreas recreativas para todos los sectores poblacionales. Pero lo más sobresaliente es su naturaleza, los paseos en botes por el rio, el sentarse en su orilla y tomar fotografías, la tranquilidad del lugar y la lejanía del bullicio de una ciudad en constante movimiento.
El Río Cristal pertenece a un entorno mucho más rico y amplio que está en el interior, el entorno y el exterior de La Habana.
Ese entorno propiamente se llama Bosque de La Habana, que por mucho tiempo fue recodo de enamorados, o simplemente espacio de silencio y recogimiento.
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