El pianista, compositor y director de orquesta es actualmente el sonero cubano más versionado en el medio latino de los últimos 30 años, merecedor de tal distinción gracias a sus contribuciones al género y a un estilo muy sui géneris de reflejar la música.
Dueño de una virtud creativa, el Premio Nacional de Música 2008 creó en 1978 el Conjunto Son 14 en la provincia de Santiago de Cuba, agrupación que le permitió colocar su nombre en el panorama sonoro de la capital cubana y lanzó un año después el disco A Bayamo en coche, con el respaldo del pianista Frank Fernández.
Con esta agrupación popularizó temas como la canción que da título al fonograma, Agua que cae del cielo, El Son de la madrugada, La soledad es mala consejera, Son para un sonero, Tal vez vuelvas a llamarme y vamos, o Háblame ahora.
Luego de su salida de Son 14, el virtuoso fundó en 1984 en la provincia de Camagüey la orquesta Adalberto Álvarez y su Son, con la cual permaneció en el gusto popular por casi 40 años hasta su partida física, debido a complicaciones asociadas a la pandemia de Covid-19.
Del prestigioso formato nacieron numerosos álbumes que guardan éxitos como Canción para mamá Rosa, El mal de la hipocresía, El son de la madrugada, En casa de Rosa Zayas, Gozando en La Habana, Mamaíta no quiere, Mi linda habanera, Para bailar casino, Reflexiones, Somos el Son de Cuba, Y qué tú quieres que te den, entre muchos más.
La letras de El Caballero del Son prestigian la discografía de importantes intérpretes: Oscar D’ León, Roberto Roena, Willie Rosario, Andy Montañez, Ismael Quintana, Juan Luis Guerra y 4.40, Justo Betancourt, Eddie Palmieri, Argenis Carruyo y Gilberto Santa Rosa se encuentran entre ellos.
Gracias a su virtuosismo conquistó varios reconocimientos, entre ellos, el Premio Especial Cubadisco 2003, dos Premios Grammy Latinos y cinco nominaciones a dicho evento, además de la distinción Gitana Tropical en 2013 por sus aportes a la música y cultura cubanas, concedida por la Dirección Provincial de Cultura de La Habana.
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