De acuerdo con una nota publicada en el sitio digital del diario Vatican News, el Papa se reunió poco antes de las 07:30 hora local, en Santa Marta, con 12 israelíes, y a las 08:00, en el Aula Pablo VI, con 10 palestinos de la Franja de Gaza, y tras escucharlos enfatizó su llamado “para que llegue la paz”.
“A ambas delegaciones el Obispo de Roma expresó su angustia y la participación en su dolor” apunta el reporte sobre esos contactos, en los que estuvieron presentes el párroco de Gaza, Gabriel Romanelli, y un sacerdote ortodoxo griego.
Poco después, en la habitual audiencia general de cada miércoles, el Sumo Pontífice se refirió a esos encuentros, sobre los cuales expresó que “sufren mucho, y escuché cómo ambos sufren. Las guerras hacen esto, pero aquí hemos ido más allá de las guerras”, y añadió que “la oración es por ambos pueblos, el palestino y el israelí.
Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) anunciaron hoy una tregua temporal de cuatro días, que incluirá el intercambio de prisioneros y un cese de los bombardeos contra la Franja de Gaza, según anunciaron ambas partes.
Como parte del pacto, que entrará en vigor en las próximas 24 horas, Hamas liberará a medio centenar de mujeres y menores israelíes, y a cambio, Israel excarcelará a un mínimo de 150 prisioneros palestinos, también féminas y niños.
El domingo último, en sus palabras tras concluir el rezo del Ángelus, Francisco reafirmó que “la paz es posible, se necesita buena voluntad, la paz es posible», y pidió que «¡no nos resignemos a la guerra!, y no olvidemos que la guerra es siempre, siempre, siempre una derrota. Sólo los fabricantes de armas ganan”.
El pasado 12 de noviembre, el papa Francisco demandó, en relación con el conflicto israelí-palestino y la masacre provocada por los bombardeos contra la Franja de Gaza, a “¡que las armas cesen, nunca traerán la paz, y que el conflicto no se extienda!”.
“En Gaza, se debe ayudar de inmediato a los heridos, se debe proteger a los civiles y se debe entregar mucha más ayuda humanitaria a esa población exhausta” dijo entonces el Papa, quien también llamó a “no perder la esperanza”, así como a trabajar incansablemente “para que el sentido de humanidad prevalezca sobre la dureza de los corazones”. mem/ort