Los vuelos espaciales pueden afectar negativamente a los tejidos vasculares relevantes para la disfunción eréctil, incluso tras un periodo de recuperación a largo plazo, precisan los investigadores de la Universidad Estatal de Florida en un artículo publicado en la revista The Faseb Journal.
“Las alteraciones vasculares son inducidas por dosis relativamente bajas de radiación cósmica galáctica y, en menor medida, por la ingravidez simulada, principalmente a través de aumentos del estrés oxidativo”, argumentaron los especialistas que experimentaron con ratas de laboratorio.
Las mejoras funcionales inducidas al atacar de forma aguda las vías redox y del óxido nítrico en los tejidos sugieren que la disfunción eréctil es tratable, y pueden utilizarse diferentes antioxidantes para contrarrestar algunos de estos efectos.
Según la literatura médica, la exposición a la radiación espacial aumenta el riesgo de cáncer, daña el sistema nervioso central, altera la función cognitiva, reduce la función motora y provoca cambios de comportamiento.
También produce náuseas, vómitos, anorexia, fatiga, y puede desarrollar enfermedades degenerativas de los tejidos; como cataratas, enfermedades cardíacas y circulatorias.
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