Una reciente evaluación en el terreno mostró que “toda la población en todos los rincones tiene necesidades sanitarias extremas”.
Los doctores y trabajadores de salud que trabajan en Gaza están aterrados por las enfermedades que se empiezan a presentar y por la forma en que devastarán a los niños, cuyo sistema inmunológico está muy debilitado por la falta de alimentos, informó este martes el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
El portavoz de Unicef, James Elder, citó a un médico del hospital Al-Shifa de la ciudad de Gaza, que le explicó que las amenazas a la salud de los menores proceden en gran medida del aire y, en este momento, del terreno, en forma de diarrea e infecciones respiratorias.
La agencia de Naciones Unidas manifestó consternación por “la gran cantidad de jóvenes que luchan por sus vidas, con horrendas heridas de guerra, tirados en colchones improvisados en estacionamientos, en jardines, en todas partes. Los médicos tienen que tomar decisiones horrendas y darle prioridad a unos sobre otros”.
Elder relató el caso de un niño al que le arrancaron una pierna durante la violencia, que tuvo que pasar tres o cuatro días tratando de llegar al sur de Gaza, retrasado por los puestos de control.
El olor a descomposición era claro… y ese niño tenía metralla por todas partes. Corría un alto riesgo de quedar ciego y tenía quemaduras en el 50 por ciento del cuerpo.
También la vocera de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Harris, apuntó en conferencia de prensa en Ginebra, que esto se debe a que la gente muere de hambre, al hacinamiento y la falta agua potable, por lo que si alguien está enfermo, un niño tiene diarrea, o alguien padece una infección respiratoria, no recibirá ninguna ayuda.
Durante el quinto día de la pausa en los enfrentamientos, los trabajadores humanitarios de la ONU se sumaron a la alerta sobre el riesgo de un brote de enfermedad mortal y urgieron a multiplicar de inmediato la entrega de asistencia para combatir esa amenaza y salvar la vida de los heridos.
La OMS reportó que entre las necesidades más urgentes se cuenta llevar combustible al norte de Gaza para que los hospitales puedan funcionar, agua potable y mantener otras infraestructuras civiles críticas.
Datos de las autoridades sanitarias de Gaza afirman que hasta la fecha, los ataques israelíes han matado a 15 mil personas, en su mayoría mujeres y niños.
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