El atentado a tiros en la localidad norteña de Concepción contra el exfuncionario fue un acto de venganza motivado por procedimientos ideados por él en las prisiones, declaró el comisario Marcelino Espinoza, jefe de Investigación de Hechos Punibles de la PN, citado por el diario ABC Color.
La investigación –explicó el oficial- apunta ahora hacia el Comando como responsable de la muerte del exlíder de la entidad rectora de las prisiones guaraníes, el cuarto y último de una escalada de cuatro consecutivos contra dirigentes actuales y anteriores de los penales.
Las acciones del funcionario asesinado que pudieron motivar el homicidio comprendieron pesquisas en la penitenciaría del departamento norteño de Pedro Juan Caballero, fronterizo con Brasil, donde están presos miembros del Comando promotores del crimen organizado en Paraguay, agregó el comisario Espinoza.
También conducen hacia esa organización criminal procedente del país vecino varios allanamientos de la PN en otras cinco penitenciarías del país, que detectaron elementos sobre el asesinato de Bazán en Concepción, entre ellos aparatos celulares que serán sometidos a pericia.
El jefe de Investigación de Hechos Punibles de la Policía resaltó en especial como motivación de la venganza para el grupo criminal varios procedimientos del exfuncionario realizados antes de dejar el cargo frente a un grupo de fuerzas antimotines.
Una requisa el 12 de noviembre en el pabellón del grupo en la cárcel de Pedro Juan Caballero pudo ser el principal desencadenante del homicidio contra Bazán, junto a una requisa que frustró la fuga de cinco presos del grupo homicida, el traslado de otros ocho y varias incautaciones.
Bazán –precisó Espinoza- habría recibido amenazas posteriores a esta requisa de parte de integrantes de esa banda en aquella cárcel, en una de cuyas celdas allanadas en las últimas horas los agentes encontraron el móvil desde el que los presos realizaron la video-llamada de advertencia.
Según algunas fuentes, el Primer Comando de la Capital es la mayor pandilla criminal de Brasil, con unos 20 mil miembros, seis mil de ellos en prisión, mientras su origen, inspirado en su homóloga Comando Vermelho, aglutinó presos como ella para enfrentar el violento sistema penitenciario de aquel país.
El asesinato de Bazán siguió a otros tres de ese tipo contra líderes de las prisiones, a cargo de mafias carcelarias, tras el de Rubén Darío, en el centro oriental departamento de Alto Paraná, y los hermanos Ignacio y Sebastián Martínez Aranda en el norteño Concepción.
Los crímenes evidencian que parte del control de las cárceles está en manos de los referidos grupos violentos de narcotraficantes, como también ocurre en el penal capitalino de Tacumbú, el mayor del país, desde donde el influyente clan Rotela ejerce una influencia nacional, agrega el periódico ABC Color.
Bazán, el último de los cuatro ultimados, murió a las 07:00 (hora local) de la mañana del 23 de noviembre, tras recibir varios balazos a pocos metros de la Penitenciaría Regional de Concepción.
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