Con motivo de la cumbre climática de la Cop28, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) alertó nuevamente sobre el auge de una “narrativa errónea y arriesgada” en torno a la contribución de los hidrocarburos a la sostenibilidad ambiental de la economía mundial.
Uno de esos mitos es que las industrias del petróleo y las energías renovables “son competidoras atrapadas en un juego de suma cero: el éxito de una representa una amenaza mortal para la otra”, señaló el secretario general de la agrupación, Haitham Al Ghais.
Hay multitud de razones por las que la OPEP no está de acuerdo con esta visión, expuso el experto, quien invitó a razonar sobre el tema a partir ejemplos prácticos vinculados a la petroquímica y los equipos para aprovechar el potencial de las energías renovables.
Aunque las proporciones varían según la marca o el modelo, una turbina eólica está hecha de acero (entre el 66 y el 79 por ciento de su masa total); fibra de vidrio; resina o plástico (11-15 por ciento); hierro o hierro fundido (5-17); cobre (uno por ciento) y aluminio (0-2), expresó Al Ghais mediante el sitio oficial de la OPEP.
La fibra de vidrio, la resina y el plástico son todos derivados del petróleo; son esenciales para la composición de una turbina eólica, razonó el articulista.
Una realidad similar existe con la energía solar: Un panel solar de silicio cristalino típico, explicó, está compuesto aproximadamente por 76 por ciento de vidrio, 10 por ciento de polímero plástico, 8,0 por ciento de aluminio, 5,0 de silicio, 1,0 por ciento de cobre y menos del 0,1 de plata y otros metales.
La historia se repite con las baterías de iones de litio empleadas en los vehículos eléctricos, pues la principal materia prima para el grafito sintético es el coque de petróleo calcinado.
Según el informe World Oil Outlook de la OPEP, la demanda de petróleo por la rama petroquímica podría aumentar en 4,3 millones de barriles diarios entre 2022 y 2045.
Sin embargo, “a pesar de estos vínculos inextricables entre las industrias petroquímica y petrolera, y la industria renovable, algunas voces prominentes han llamado a dejar de invertir en petróleo e invertir solo en energías renovables”, advirtió Al Ghais.
Al decir del especialista, la interrelación entre las industrias petroquímica y renovable es apenas un ejemplo de por qué todas las voces deben estar en la mesa de negociaciones sobre el clima.
“Solo se pueden encontrar soluciones tecnológicas prácticas cuando aprovechamos la experiencia de todo el sistema energético”, sintetizó.
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