Para ese bloque, la resolución refuerza el principio fundamental de la ley internacional, recogido en la Carta de la Organización de Naciones Unidas, de que cada Estado tiene el deber de respetar la soberanía y la integridad territorial de los otros.
Mediante un comunicado, manifestó confianza en que Venezuela acate el dictamen de este viernes, mientras recordó que el diferendo sigue en manos de la CIJ y aguarda por un veredicto final.
Finalmente, Caricom abogó por apegarse al principio de mantener al Caribe como una zona de paz y no incurrir en ningún acto contrario a la tranquilidad de la región, pues lo consideró un elemento esencial para la prosperidad económica y el bienestar social de todas sus naciones miembros y las de América Latina.
De esa manera, la agrupación reaccionó a la petición de la CIJ a Caracas y Georgetown de no proceder con acciones que compliquen la disputa sobre el territorio de la Guayana Esequiba ante ese órgano o hacerla más difícil de resolver.
En su resolución, aprobada por unanimidad de los jueces, el máximo tribunal de la ONU notificó también que Caracas “deberá abstenerse de tomar cualquier medida que pueda modificar la situación que prevalece actualmente en el territorio en disputa” y que “Guyana administra y ejerce control sobre esa zona”.
Las dos naciones suramericanas desde hace más de un siglo mantienen una controversia por ese espacio territorial de casi 160 mil kilómetros cuadrados, y en los últimas semanas subió de tono con la denuncia por la parte venezolana de licitaciones a trasnacionales petroleras en aguas no delimitadas.
La República Bolivariana convocó a una consulta popular para el domingo próximo con cinco preguntas, que fijarán la estrategia a seguir por el Estado sobre la zona en disputa.
Por su parte, para las autoridades de Georgetown el plebiscito constituye una “amenaza existencial” que busca allanar el camino para la anexión del Esequibo a Venezuela.
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