El explosivo jugador español, con 22 Grand Slam en su carrera y una cosecha de títulos internacionales extraordinaria, anunció la pasada semana su regreso a la competición oficial en el ATP 250 de Brisbane (Australia), en la primera semana de enero próximo.
En un vídeo difundido en redes sociales, Nadal declaró que ‘tengo y he tenido miedo de anunciar las cosas porque al final es un año sin competir y es una operación de cadera, pero lo que más me preocupa no es la cadera sino todo lo demás”.
Precisó sentirse preparado y subrayó que confía y espera que las cosas vayan bien “y que me dé la oportunidad de disfrutar en la pista otra vez”.
Al final es mucho tiempo. Espero volver a sentir esos nervios, esa ilusión, esos miedos, esas dudas (…). Espero de mí no esperar nada. Espero tener la capacidad de no exigirme lo que me he exigido durante toda mi carrera. Estoy en una época diferente, una situación y un terreno inexplorado. Durante toda mi vida me he exigido al máximo y espero ser capaz de no hacerlo, expresó.
Consciente de que su retorno ya dejó exultante a sus seguidores y los especialistas hasta hablan que será pareja en dobles con Carlos Alcaraz en los Juegos Olímpicos de París 2024, Nadal quiso poner paños fríos a su situación.
Tengo que aceptar que las cosas van a ser muy difíciles al comienzo. Tengo que darme el tiempo necesario y perdonarme que las cosas vayan mal al comienzo, que es una posibilidad muy grande. Pero saber que puede haber un futuro no muy lejano en que las cosas puedan cambiar si mantengo la ilusión, el espíritu de trabajo y el físico me responde, remarcó.
A sus 37 años, el jugador regresa a las courts dispuesto a convertir 2024 en el año de su redención, aunque en realidad no necesita más reconocimientos para pertenecer, por derecho propio, a la superélite del tenis mundial.
Aun así, está el deseo velado de pisarle los talones al serbio Novak Djokovic (24 Grand Slam),
Hace casi un año, un mal gesto en el Abierto de Australia, en la ciudad de Melbourne, lo lesionó cuando enfrentaba al estadounidense Mackenzie McDonald.
Su fulgurante carrera se vería interrumpida de un modo, que España prefirió cambiar la mirada hacia el nuevo fenómeno, el jovencito Alcaraz, muchos quizás convencidos de que la historia de Nadal en el deporte había terminado.
Tras una ausencia que fue más larga de lo esperado, Nadal prefirió no seguir apurando su recuperación que intentó hacer para el Roland Garros de este año, lo cual fue imposible.
Con paciencia y disciplina parece haber rebasado la pesadilla y ya desde hace un mes comenzó a estirar los músculos, con ritmo de entrenamientos apropiado.
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