Los datos anteriores indican un incremento del 29 por ciento de afectados contra igual período de 2021 y 2022, detalló un informe de la Dirección de Epidemiología del Ministerio de Salud y Asistencia Social (Mspas).
Los 22 departamentos del país registran un aumento, Escuintla, Sacatepéquez e Izabal van delante, pero hay además señales de alarma en Zacapa, Retalhuleu y la división Guatemala Sur.
Alta Verapaz destaca negativamente por 10 muertes confirmadas por desnutrición aguda, seguida de Huehuetenango (ocho), mientras Escuintla y Suchitepéquez presentan seis casos cada uno.
Los municipios de esta capital San José Pinula y San Pedro Ayampuc aparecen con dos casos, cuando en total sobresalen con esta triste realidad 13 departamentos, según la cartera sanitaria con el cierre de la semana 45 del año.
Organizaciones internacionales dan cuenta que los altos niveles de desnutrición en el país están asociados a la inseguridad alimentaria.
Tal fenómeno afectó este año a cerca de 4,2 millones de personas en todo el territorio, el 24 por ciento del total de habitantes, incluidos 1,6 millones de menores, expuso el grupo de 19 entidades no gubernamentales agrupadas en Oxfam.
En tal sentido –agregó- influyen los precios de los alimentos que continúan al alza, y fenómenos climáticos como El Niño con su incidencia en las cosechas de granos básicos, indispensables para la subsistencia de las familias.
La desnutrición crónica marca al 46,5 por ciento de los menores de cinco años en Guatemala, la cifra más alta de América Latina y el sexto del mundo, de acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
El diputado y coordinador del Frente Parlamentario Contra el Hambre, Jairo Flores, calificó de rotundo fracaso la estrategia gubernamental existente conocida como la Gran Cruzada Nacional por la Nutrición, con un presupuesto de 10 mil millones de quetzales (casi mil 300 millones de dólares).
A juicio del legislador, el alza en casos de desnutrición infantil se debe en parte al uso electoral que le dio el actual ejecutivo a la ayuda alimentaria que debía ser entregada a familias que se encuentran en riesgo.
Expertos locales coinciden en considerar baja la intervención del Estado, sin sistemas de monitoreo y evaluación adecuados, aparte de la falsa creencia de que la desnutrición se enfrenta solo con dar alimento a las personas.
De los 17,1 millones de guatemaltecos casi el 60 por ciento vive bajo el umbral de la pobreza y sobre el 20 por ciento intenta sobrevivir en condiciones de pobreza extrema, advierten diferentes análisis.
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