Bajo la guía de la agrupación, el Estado asiático registró una evolución peculiar que se tradujo en resiliencia financiera e industrial capaz de enfrentar altibajos de la economía global por factores como la extensión de distintas crisis, el desplome de las materias primas y, ahora, la pandemia de Covid-19.
Nacido clandestinamente en la antigua Concesión Francesa de Shanghái, el PCCh condujo a la fundación de la República Popular y luego de períodos de aciertos y desaciertos, apostó por políticas de apertura en 1979 que cimentaron el despegue de China y su mutación a segunda potencia del orbe con uno de los crecimientos anuales más altos.
En el plano político, el progreso de Beijing le ayudó a escalar peldaños en la escena internacional e incrementar intercambios diplomáticos y comerciales en todos los continentes.
Su peso mundial se fortalece con la posición la Organización de Naciones Unidas, como miembro del Consejo de Seguridad con derecho de veto y partícipe en las misiones de los cascos azules.
De igual manera, es un adalid en la promoción del multilateralismo, la colaboración y el diálogo internacional mediante plataformas como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, los foros de Boao para Asia y de Cooperación con África, y la Conferencia Mundial de Internet.
Los avances son palpables también en el aspecto social, pues la esperanza de vida en China se prolongó de 68 a 73,5 años gracias a mejores condiciones para la ciudadanía y la erradicación de la pobreza extrema en este 2021, que implicó sacar a 700 millones de personas del atraso desde la década de 1970, según datos oficiales.
Además, el PCCh estableció el objetivo de construir un Estado socialista próspero, con contaminación controlada y libre del fantasma de la corrupción.
Sobre la trayectoria de esta fuerza comunista el experto cubano Ruvislei González dijo a Prensa Latina que nació a partir de las necesidades objetivas de desarrollo de la revolución china y fue producto de la combinación del marxismo con el movimiento obrero del territorio.
‘El partido ha asumido su posición dirigente como resultado de la decisión histórica del pueblo chino a lo largo de una ardua batalla por la independencia y la liberación nacional’, indicó el jefe del equipo de Asia y Oceanía del Centro de Investigaciones de Política Internacional de Cuba.
Según enfatizó, su fundación contribuyó a los profundos cambios en la sociedad china y demostró la viabilidad del socialismo con peculiaridades propias, al punto de ser la única formación en el planeta que con su estrategia logró el fin de la pobreza extrema en 30 años.
Valoró el centenario del PCCh como un hito en la historia de las fuerzas progresistas del mundo y un punto de partida para una nueva etapa, pues las transformaciones de China bajo su liderazgo devinieron en el constante desarrollo de las fuerzas productivas y motivaron el interés internacional por conocer más sobre sus experiencias.
‘Este 1 de julio es un día de festejos y de reflexión. El PCCh en su centenario trasciende si aporta a la teoría y práctica del socialismo.
En este centenario arriba con una demostración de liderazgo y la persistencia por el mejoramiento del nivel de vida de su pueblo y la búsqueda por la unidad interétnica’, concluyó González.
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