Entre los más tenidos jefes de las pandillas armadas que asolan el norte y el centro de Nigeria, Jambros fue alcanzado por la aviación de caza nigeriana junto a 12 de sus hombres, todos acusados de asesinatos y secuestros en los estados de Kaduna, Niger, Katsina y Zamfara.
Las tropelías de Jambros y otros jefes de pandillas hicieron que el expresidente nigeriano Mohammadu Buhari los calificara de terroristas y enemigos de la humanidad y les declarara una guerra a muerte a la que aún sobreviven y aterrorizan a las poblaciones inermes.
Además de los asaltos a aldeas inermes cuyas pertenencias y animales saquean, los bandidos, como los conoce la población, centran sus operaciones en secuestros de personas y funcionarios gubernamentales para cobrar rescates en efectivo.
La muerte de Jambros es un éxito para el presidente nigeriano, Bola Tinubu, quien además enfrenta los ataques de los grupos islamistas Boko Haram y Estado Islámico en la Provincia de África Occcidental, ambos leales a Estado Islámico, entre otros conflictos políticos y étnicos.
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