Las partes definirán antes de fin de año los pasos de la hoja de ruta a seguir en las negociaciones, basadas en ese documento, que precisa las tarifas de pago para el funcionamiento y los beneficios mutuos de la Central instalada sobre el río Paraná, añadió en rueda de prensa el canciller Rubén Ramírez.
El ministro de Relaciones Exteriores adelantó que en la agenda del encuentro figuran la tarifa de la entidad y el citado Anexo C, que fija las bases financieras y de prestación de servicios de electricidad de Itaipu a la parte paraguaya, la Administración Nacional de Electricidad, y a la brasileña, la Empresa de Participaciones en Energía Nuclear y Binacional.
Ambos temas claves -informó Ramírez- serán abordados antes, durante una reunión el viernes del Consejo de Administración y del Directorio Ejecutivo de la hidroeléctrica, mientras los presidentes de cada país determinarán después, cara a cara, la hoja de ruta a seguir en las negociaciones.
El Tratado de Itaipú, firmado el 26 de abril de 1973, establece que Paraguay y Brasil debían revisar las disposiciones del Anexo C al cumplirse los 50 años de la entrada en vigor de este documento, plazo que se cumplió el pasado 13 de agosto.
Esa parte del Acuerdo sobre la represa binacional prevé, además, que Brasil y Paraguay tienen derecho al 50 por ciento de la energía generada, y establece que, si una de las partes no utiliza toda su cuota, debe vender al otro socio el excedente a precios preferenciales.
La tarifa vigente de la Itaipú Binacional es de 16,71 dólares por kilowatts al mes, cuota que Brasil espera que mantenga Paraguay, precisó Ramírez.
El presidente Peña afirmó en declaraciones el 4 de diciembre que su Gobierno tiene respecto a esas conversaciones con Brasil “el compromiso de una propuesta superadora, donde ninguna de las partes puede verse perjudicada”, aunque añadió que “lo que Paraguay consiguió con mucho esfuerzo no lo puede perder”.
La central hidroeléctrica de Itaipú (del guaraní “piedra que suena”), llamada también Binacional, operativa desde 1984 y considerada la mayor productora de energía limpia del planeta, está situada sobre el río Paraná entre las ciudades de Hernandarias (Paraguay) y Foz do Iguaçu (Brasil), en la frontera entre ambos países.
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