En sus palabras tras el dominical rezo del Ángelus, desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano, ante miles de fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, el sumo pontífice se refirió en particular a quienes “intentan cruzar la selva del Darién, entre Colombia y Panamá”, de los cuales muchos mueren.
“Se trata muchas veces de familias con niños que se aventuran por caminos peligrosos, engañadas por quienes les prometen falsamente un camino corto y seguro, maltratadas y robadas”, aseveró el obispo de Roma.
“Muchos pierden la vida en esa jungla”, lamentó, y señaló que “es necesario un esfuerzo conjunto de los países más directamente afectados y de la comunidad internacional, para evitar que esta trágica realidad pase desapercibida, y brindar una respuesta humanitaria conjunta”.
El papa reafirmó este domingo su honda preocupación por el agravamiento del conflicto israelí-palestino e hizo alusión a la crisis humanitaria en la Franja de Gaza, donde como consecuencia de los ataques de Tel Aviv murieron ya más de 15 mil personas, muchas de ellas mujeres y niños.
“Sigo recibiendo noticias muy serias y dolorosas desde Gaza”, dijo el santo padre, y condenó el hecho de que “los civiles desarmados son objeto de bombardeos y tiroteos”.
“Y esto sucedió incluso dentro del complejo parroquial de la Sagrada Familia, donde no hay terroristas, sino familias, niños, enfermos, discapacitados, monjas”.
“Una madre y su hija, la señora Nahida Khalil Anton y su hija Samar Kamal Anton, fueron asesinadas y otras personas resultaron heridas por francotiradores mientras iban al baño”, denunció Francisco, quien ante esos actos afirmó que “es guerra, es terrorismo”.
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